BRILLANTES IDEAS

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CAPITULO 2. BRILLANTES IDEAS

El tiempo paso para todos en la aldea, los Cewiien continuaron con su vida ahora llena de lujos y parecía que serían felices por siempre. En la sala del castillo habían enmarcado el contrato con el mago, para que no fuese olvidado, pero durante muchos años se relegaba la tarea de entregar a la niña de generación en generación hasta que solo quedaron 2 meses para cumplir la deuda.  

Darius Cewiien miraba tranquilamente a sus pequeñas hijas jugar en la alfombra de la sala cuando sintió el extraño impulso de mirar hacia el empolvado contrato. Su vista se quedo fija en la fecha que ostentaba el contrato, exactamente hacia 199 años y 10 meses. Miles de ideas cruzaron por su cabeza en ese momento ¿Cómo era posible que el tuviera que entregar a una de sus pequeñas hijas? ¿Se cumpliría realmente el castigo si decidía no pagar la deuda? Claro que se cumpliría todo, así como había aparecido el oro, también podían aparecer desgracias.  

Esa noche después de la cena, discutió el asunto con su esposa y el mago familiar. Su esposa era una mujer que se alteraba muy fácil y al escuchar lo que sucedería estuvo a punto de perder el conocimiento. El único que no se altero fue el mago de la familia, un anciano más astuto que poderoso, que propuso lo siguiente: 

-mis señores, la solución es fácil. Al igual que ustedes, no quiero perder a ninguna de las pequeñas, por este motivo, les propongo la solución que ha llegado a mi vieja cabeza como un simple susurro del destino. La solución que propongo es entregar a una jovencita que no sea hija de ustedes. Una esclava quizás. 

-lo descubrirían en seguida, los esclavos siempre lucirán como esclavos y siempre actuaran como tal- exclamo la señora Cewiien- el mago lo sabrá de inmediato y todos, incluyendo a mis niñas, todos pereceremos. 

-a mi me parece una buena idea, pero necesitamos a alguien que luzca como nosotros y que además actue como nosotros. No podemos tomar a algún noble de otra familia. Se sabría de inmediato. ¿De donde podemos mandar traer a una joven noble que nadie reclame? 

-hay mundos donde las personas desaparecen de la nada y nunca son encontradas mi señor. Encontrare a alguien hoy mismo. Lo juro. 

-y cuando encuentres a alguien ¿Cómo lograremos que haga lo que queremos? -pregunto la mujer intrigada. 

-es sencillo en realidad mi señora. Le hare beber una poción muy poderosa que logra hacer que la gente no recuerde. Haremos que la niña no recuerde su otra vida y entonces será tarea de ustedes educarla como hija suya. 

-entonces la joven olvidara todo... - dijo para si Darius. 

-no mi señor. La poción del olvido es casi imposible de hacer. Solo un Temarion podría hacerla. Yo solo hare que ella no recuerde, que es diferente. Las memorias quedaran ocultas en su interior por siempre. Les prometo que no recordara nada. 

Con esta promesa todos se fueron a dormir esperando que al día siguiente las cosas se solucionaran. Durante la noche, el mago familiar no perdió su tiempo. Estuvo toda la noche realizando hechizos que lo ayudaron a encontrar a la niña perfecta para entregar. Al final logró encontrarla, mirando a través del gran espejo de su estudio contemplo a Victoire; era una joven hermosa, tenía 18 años y las mismas características físicas de los Cewiien: cabello castaño oscuro, ojos grandes, grises y expresivos, tenía estatura media y labios gruesos. La joven, sin saberse observada por el espejo de la cafetería, charlaba con el resto de las jóvenes que la rodeaban y reía confiada. Parecía destacar entre las otras jóvenes con un aire de superioridad propio de la nobleza, sus movimientos eran tan delicados como femeninos y en su mirar había franqueza y mucha fuerza. De pronto la joven se levanto de la mesa para ir al tocador. Mientras ella acomodaba su cabello en el espejo del baño, el mago aprovecho para realizar rápidamente el hechizo que la traería a su mundo. 

Victoire se sintió mareada por un segundo, miro a su reflejo y sintió que detrás de su mirada alguien más la estaba observando, se aferro al lavamanos y acerco el rostro al espejo tratando de descifrar que había detrás. En ese momento el hechizo surgió efecto y de pronto se encontró en el suelo de una habitación de aspecto antiguo iluminada por varios candelabros, había varios libreros y estantes a su alrededor y desde una esquina la miraba fijamente un viejo hombre. Ella trato de levantarse y el le tendió una mano, aunque dudo en aceptarla, estaba demasiado mareada y la tomo. El anciano la ayudo a sentarse en un gran sofá y cuando ella se disponía a preguntar en donde estaba el hablo. 

-Puedo notar que estas algo mareada. Te daré un poco de agua y después te contaré lo sucedido- dijo al tiempo que le tendía un cuenco de madera con agua- ¿como te llamas jovencita? 

-Victoire señor - sin dudarlo tomo el agua, como si pensara que esta la llevaría de vuelta a la realidad, pero lo único que sucedió es que cayo es ese instante en u profundo sueño.  

Despertó al día siguiente en una habitación diferente, muy espaciosa. Estaba recostada en una gran cama y su almohada era de plumas suaves. Alarmada descubrió que ya no vestía la ropa del día anterior, si no un largo camisón como el que su bisabuela solía usar. Se levanto con rapidez y busco a los lados su bolso o su móvil. Al momento entro a la habitación una mujer vestida con un vestido de corsé y que llegaba hasta el suelo; usaba un peinado alto y curiosamente era muy parecida a ella. Tenía una mirada casi tan sorprendida como la suya, tratando de reponerse se acerco a Victoire y coloco una charola con te una mesita de la habitación.  

-puede ser que tengas hambre. Te traeré algo de desayunar, mientras toma este te. Te aliviara los nervios pequeña - dijo la mujer con una voz que reflejaba algo de lastima en el tono. Victorie solo movió la cabeza en señal de asentimiento y trato de recordar como había llegado ahí. 

Cuando la mujer salió de la habitación, tomo la taza de te y esta vez, dudo un poco antes de beberlo, pero no había comido nada desde la noche anterior, por lo que se llevo a la taza a los labios y comenzó a dar pequeños sorbos. No se daba cuenta de que con cada sorbo algo pasaba en su interior, recuerdo tras otro se escondían en lo mas profundo se su mente; comenzó olvidando lo que había hecho el día anterior, la semana pasada, ese año y los anteriores. Para cuando el se te termino ella no podía recordar a nadie de su familia, ni siquiera su apellido. 

En ese momento entro de nuevo a la habitación la mujer de antes y en una charola le llevaba un buen desayuno. Tras de ella entro un hombre con el rostro algo preocupado. La mujer miro de nuevo a Victoire y dijo tratando de susurrar: 

-¿no te lo dije querido Darius? Es idéntica a nosotros. 

-si querida. Buen día pequeña hija- dijo alegremente mientras se sentaba en un pequeño banco junto a la cama - ¿Cómo te sientes esta mañana linda Victoire? 

-estoy algo mareada señor. También tengo mucha hambre. ¿Dónde estoy? 

-estas en casa mi pequeña. Yo soy tu padre Darius Cewiien, ella es tu madre Monique. Debes estar algo confundida, ayer mientras bajabas al salón te caíste por las escaleras y te desmayaste. 

-debe ser eso -inmediatamente comenzó a comer el desayuno que le habían llevado sus nuevos padres.

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⏰ Última actualización: Sep 14, 2013 ⏰

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