Andaba sin un rumbo fijo,
hasta que conocí a mi destino.
Querido destino:
¿cuándo podré alcanzarte?
¿cuándo vendrás a buscarme?
Que lo hagas lo dudo mucho.
Firmemente continúo,
mirando hacia adelante.
Soñando que algún día
lograré atraparte.
Mientras tanto anhelo aquél deseo
que me invade por dentro.
Querido destino:
¿sabes cómo me siento?
Día y noche imaginándote.
Pensando en aquél momento
en el que logres escucharme.
De tu sed de vida beberé
y volveré a anhelarte.
Porque cuando llegue la noche
mi estrella estará radiante
al saber que hoy, por fin
gracias a mi sueño, conseguiré tocarte.
Hoy escribo estos versos
con la fe de poder expresarme.
Porque cuando pienso en mi destino
Mi corazón late sonante.
Solamente falta un poco más
querido destino, estoy a punto de verte.
Espérame, por favor.
