Capítulo 2

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El sol parecía querer fulminar por completo a Iwatobi. Ese fue uno de los motivos por los que llamó a Gou y la invitó a una práctica en conjunto. Por el calor, claro. Nada tenía que ver el hecho de que había superado el record personal de Haruka en estilo libre. Claro que no.

No era tan ambicioso.

Pero tenía demasiadas ganas de restregárselo en la cara. El hecho de ganarle a Haruka siempre era bienvenido a su día. Sí, a Rin le encantaba ser un ganador. Sobre todo si eso convertía a Haru en el perdedor.

En fin, estaba cambiándose en los vestidores antes del entrenamiento cuando volvió a sentir miradas sobre él. Le extrañaba, pues nunca antes las había sentido. Sin embargo, lo atribuyó al hecho de haber sido la burla el día anterior, gracias a su recorrido matutino que tuvo como resultado un desastre, e ignoró todo, dirigiéndose a la zona en donde se encontraba la piscina.

Haru frunció el ceño al darse cuenta de que había repasado a Rin con la mirada nada más llegar, como si sus ojos se hubiesen visto obligados a ello. Reparó en cada parte del pelirrojo, desde su cabello, de un rojo más femenino que el de Gou, hasta sus piernas. Sacudió la cabeza.

No pasaría.

Llevaba tiempo amando a Rin y ya se había acostumbrado a la idea de que ese chico simplemente estaba fuera de su alcance.

Por otra parte, a Sousuke de pronto le molestaba la cantidad de piel que su mejor amigo estaba mostrando. Era extraño sentir aquello, pues nunca antes le había incomodado el bañador de Rin. Sin embargo, aquél pensamiento se borró de su mente con rapidez, el pelirrojo no podía hacerle sentir así.

─Haru ─musitó Rin con una sonrisa. El aludido dirigió su mirada a los rubíes del contrario─, ésta vez voy a ganarte. Es seguro.

─Lo dudo ─se limitó a responder el pelinegro. Nagisa hizo su aparición, aferrándose al brazo del pelirrojo.

─ ¡Rin-chan! No me has saludado.

─Apenas te veo.

─Siempre ves solo a Haru-chan ─se quejó antes de separarse─. Rei-chan, Mako-chan y yo también queremos atención.

─Estás actuando muy extraño. Y tampoco me interesa la atención que le doy a cada uno. Haru es como mi mejor amigo. Y mi rival. Obviamente lo busco primero.

─Es una forma cruel de restarnos importancia ─comentó el castaño con una sonrisa ciertamente extraña. Rin se encogió de hombros y tomó a Haru por el brazo.

─No es así. Vamos, Haru.

Amaba esa sensación. Subirse a una plataforma, preparado para competir con uno de tus mayores rivales que además era tu mejor amigo. A Rin le encantaba eso. Se acomodó las gafas de natación y estiró la correa de las mismas, dejando que ésta sonara contra su gorro. Nagisa se tomó el trabajo de dar la orden, iniciando así la carrera. El pelirrojo saltó en un arco más largo que el de Haruka, tomando ventaja en un principio, y nadó con fuerza, manteniendo la distancia y determinando así su victoria.

Sousuke no pudo evitar bufar con diversión cuando una enorme sonrisa se posó en el bello rostro de Rin. Por los dioses, era hermoso. Aquella afilada dentadura daba un toque tierno, infantil y pícaro la perfecta sonrisa de satisfacción que el pelirrojo mantenía. Sus largas pestañas adquirían el brillo del sol gracias a las gotas de agua. Los mechones de su cabello que yacían fuera del gorro se veían húmedos y brillantes. Rin era hermoso.

Joder, era perfecto.

Se descubrió a sí mismo soltando un suspiro. Sacudió la cabeza, olvidándose de que Rin era solo un amigo y siempre había sido visto de esa manera. A cambio, un sentimiento de posesión trastornó sus recuerdos. No había protegido a Rin toda su vida porque era su mejor amigo. Lo había hecho porque siempre lo había amado. Las gotas relucían en el perfecto pecho del menor, escurriendo por sus pectorales, pasando por su abdomen y perdiéndose en aquél bañador tan ajustado que le dejaba muy poco a la imaginación. De pronto, quiso darle a Rin un Speedo.

La Ley de la AtracciónWhere stories live. Discover now