Yo, cuando lo conocí no sabía lo que me esperaba. Con él todo era diversión. Era feliz. O eso creía. O eso creo. La verdad es que nunca supe lo que me pasaba. Con el tiempo me fui acostumbrando. Las palizas eran el pan de cada día y yo solo era su marioneta, ése trozo de tela roída que podía usar para lo que a él le apeteciera. La verdad es que nunca supe. Nunca supe por qué, pero me acostumbré. Me acostumbré a la forma de la que me hablaba. Me acostumbré a su forma de actuar. Me acostumbré a su vida. Y mi vida dependiente de la suya. Un día reuní el valor suficiente. Escapé. Nunca me lo perdonaré. La verdad es que le eché de menos. Muchísimo tiempo. Él es el único hombre que me puede amar. Estoy vacía. Vacía por dentro. Vacía sin él. Carezco de alma. La verdad es que si no llega a ser por él nunca nadie me habría amado. Al menos le tengo a él. O le tuve. Lo que nunca, lo que nunca supe es que volvería a verle aquel día de lluvia. Le volvía a ver. La verdad es que me lo esperaba. Se dice que cuando dos personas tienen que estar juntas el destino las encuentra y las junta. Le caían gotas por las mejillas, no eran lágrimas pero yo pensé que sí. Se acercó a mí y me dijo que todo iría bien. Pero no fue bien. Mi sueño acabó en el hospital. Aquel hospital en el que había estado miles de veces. Después de sus palizas. Después de las palizas del hombre de mi vida. La verdad es que nunca se lo dije a nadie. Nunca nadie lo llegó a saber. Si no llega a ser por él yo no hubiera sido nada. Si no hubiera sido por él yo no hubiera tenido amor, amor de verdad.
Por favor, sálvame.
Sálvala.
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Sálvala, Ave Fénix.
Non-FictionÉsta es la historia de una chica maltratada, torturada, con problemas, problemas de verdad. Esta historia se divide en pequeños relatos que narran la crueldad de su vida, no siguen una línea específica de tiempo ni tampoco un narrador completo, simp...