un atardecer para dos

4 1 0
                                    

Ahce se despierta recordando lo de anoche, aquella noche junto a está dama cultivadora, aquella sonrisa radiante, aquellos ojos que cuyo resplandor era bellísimo, Ahce se levanta sí saber que hacer, se siente diferente, sale a dar un paseo, se pone su abrigo blanco con bordes grises, y sale por la puerta en el camino aprovecha de comprar comida, compra un pan pero sin ánimos lo come hasta que una voz dulce y suave pasa por lo oídos de Ahce diciendo:

-¿porque tan deprimido?-.

era la señorita Emily, que bestia de un hermoso vestido corto de color azul y traía una canasta con verduras y vegetales en los brazos, Ahce se ahoga con el pan al verla, con la cabeza mirando al suelo empresa a toser y se golpea el pecho para que pase.

-¿está bien?- pregunta Emily un poco preocupada.

-sí estoy bien, ya pasó- responde Ahce.

-¿Ahce?- pregunta Emily.

-¿sí?-.

-¿que edad tiene usted?-.

-yo tengo...26 años sí mal no recuerdo- ¿y usted señorita?

-yo tengo 25 años- responde Emily.

Ahce y Emily se quedaron charlando y al caminar llegaron al mismo lugar donde charlaron la noche anterior, Ahce la mira al los ojos castigado por su hermoso brillo.

-¿tengo algo en mi cara?- pregunta Emily.

-no, no tienes nada- dice Ahce suspirando.

mientras más Ahce la miraba ella se ruborizaba, la suave brisa marina despejava los pensamientos de Ahce y calmaba las inquietudes de Emily. mientras el atardecer y las nubes se ruborizaban.

Emily no podía más sentirse atraía por Ahce y mira hacia abajo dejando que su cabello le cubra su rostro, Ahce suavemente quita los cabellos negros del rostro de Emily, levantandole su cabeza la mira a los ojos diciéndole:

-no dejes que tú cabello cubra tú bello rostro, ya que siempre quiero ver esos ojos y esa sonrisa que siempre me gusta ver.

Emily ruborizaba y sin palabras decide apoyarse en el cuerpo de Ahce y dejarse abrazar.

-Ahce...- dice susurrando Emily.

-dime- responde Ahce sutilmente.

-me... me gustas...-.

Ahce se siente feliz pero a la y siente cosquillas en su estómago, siente que el dulce aroma de Emily lo cautiva y lo hace arrojar.

-Ahce- dice Emily.

-¿dime?-.

-tus mejillas se arrojaron-.

Ahce desvía la mirada con timidez para que no vea sus mejillas, pero ella lo toma de las mejillas y se miran a los ojos
y ella dice:

-no dejes que impida ver tú rostro, me gusta verlo y me gusta ver tus ojos y me encanta ver tú sonrisa.

Emily toma a Ahce de su abrigo y lo besa antes de que pudiera reaccionar, Ahce la toma de la cintura y la abraza mientras sus labios se unen y se deja nacer un atardecer para los dos.

lo que el viento se dejó Donde viven las historias. Descúbrelo ahora