Ahce luego de unas horas logra ver unos barcos de velas negras un poco golpeados por sus batallas anteriores que empiezan a disparar sus cañones hacia el gran barco de Ahce, que da la orden de liquidar a esos pequeños barcos, al avanzar por el costado de estos barcos logra verse la isla que estaba pagada de barcos que estaban dispuestos a hundir al "orca".
Ahce ordena a su teniente que preparen los cañones, cuando el teniente de dice que sus cañones están listos Ahce espera para abrir fuego, luego de ver que un barco disparar sus balas Ahce dice:
-mis camaradas, que está batalla sea recordada por siempre en el corazón de cada uno de ustedes porque será la última-.
El barco se movía con violencia por la ráfaga de disparos que provenían de "orca", luego de la primera ráfaga el teniente informa que se hubieron cuatro barcos hundidos pero aún quedan decenas de ellos, la batalla avanza y tan rápido se les acaban las balas se le acababan los objetivos que hundir, sólo quedan unos cuántos barcos pero el Orca estaba muy golpeado por las balas del enemigo, al anochecer el Orca deja carecemos su ancla de tras de una pequeña isla para cubrirse, los hombres cansados deciden dormir pero Ahce miraba desde el palo mayor sentado miraba la luna brillar y mientras las tras pasaban y el amanecer se acercaba Ahce decidió bajar a cubierta para bajar un bote e inspeccionar la isla, Ahce llevaba una espada muy peculiar ya que está lavaba echa de un filo negro con una empuñadura gris.
-debemos bajar 5 cañones y dejarlos en la colina de está pequeña isla para tener ventaja visual- dijo hace.
-¡muy bien señores, demuestren su fuerza y de lo que están hechos!-grito el teniente con una voz de desafío hacia los marineros.
Todos los marineros en una acción impresionante descargaron cinco cañones muy poderosos y los colocaron en la cima de la isla de manera que tenían un rango de fuego de trescientos sesenta grados donde podrían disparar a más de doscientos metros, es medio día y aún no se muestran señales de los barcos restantes, Ahce se impaciente decide enviar un bote con una vela a buscar apoyo con algunos de los barcos de la flota que posee.
Ahce escribe en un libro "día tres, el día está soldado, y el mar está calmado, quisiera llevar a mi amada por estos hermosos lugares y cambiar las espadas por rosas, sigo aguardando a que el enemigo aparezca y poder regresar al pueblo donde mi dama me espera".
-¡están aquí!- grito un marinero.
Ahce miro y noto que una flota de al menos veinte barcos y grito:
-todos preparen sus cañones, el enemigo está aquí y les debemos dar una bienvenida que nunca olvidaran-.
El barco desplegando sus velas avanza mientras que en la cima de la isla se disparan los cañones colocados hundiendo a dos barcos pero a medida que se acercan los barcos enemigos Ahce se siente más angustiado, no por la cantidad de barcos enemigos sino por tener no poder llegar al pueblo a tiempo.
-abran fuego y no parentela hasta que todos estén bajo el agua- dijo Ahce alzando su espada a lo alto.
Cuando los barcos se van hundiendo el "Orca" está cada ves más golpeado, el teniente dice:
-señor, se acabaron las balas-.
-entiendo...mi amada, creo que ya no podré llegar a tiempo-.
Ahce mira al cielo sin esperanzas, los hombres están agotados y heridos, pero cuando ya no les quedaba más esperanza miran a sus espaldas y ven tres barcos un poco más pequeños que el Orca pero muy intimidantes, eran las apoyos que envió Ahce, tan luego como se adelantan al Orca abren fuego contra lista diez barcos que quedan, la batalla es ardua y muy violenta, pero cuando los cañones se detienen todos los barcos enemigos son hundidos pero cuando se da cuenta Ahce fue herido por dos balas de un fusil, una bala atravesó su hombro derecho y otra se incrusto en su pecho.
El Orca casi hundido llega en la mañana fría y gris al puerto donde Emily estaba esperando, pero cuando Ahce se baja del barco, se cae al suelo rendido por la batalla y por la pérdida de sangre, Ahce es llevado a una enfermería.