Abuela

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Corrí lo más rápido que pude hacia mi casa, intentando que no me vean los profesores. Mientras corría, me di cuenta de que en el conteo de alumnos se iban a dar cuenta de mi ausencia, asi que corrí mas rápido. Corrí muy rápido. Demasiado rápido, tanto que ya no sentía mis pies en el piso...NO, Francisca, concentrate, ya estas flasheando, ¡enfocate en correr!
Llegué a mi casa muerta de cansancio. Mi casa distingue entre el resto, demasiado para mi gusto. En la ciudad en la que vivo, en las afueras de Capital Federal, todas las casas son de colores grises y apagados, todas menos la mía, por supuesto. La casa de mi abuela tira más hacia los colores flúo, un violeta en los marcos de la ventanas, las paredes verde, casi que brilla en la oscuridad. Pero la puerta, ay ay ay, la puerta se lleva el premio. Es dorada, si, dorada, con el picaporte azul metálico. Si, no se que le pasa a mi abuela con los colores.
Entré, y no fue la mejor idea entrar corriendo. Abu estaba sentada en su sillón para coser, cosa que hace cuando está estresada o triste. Me miró con ojos llorosos y me abrazó. Seguidamente, me dió un golpe inesperado en el brazo, ¡Auch!
- ¡¿Qué no aprendiste todavía reglas básicas de seguridad?! -Me gritó- ¡Si se incendia un lugar, se sigue a la multitud! ¡Cuando me llamó tu director diciendome que no estabas, temí lo peor!
-Ay Abu, ¿pensaste que había muerto? ¿Eso significa que voy a recibir un castigo?
- No, Fran, algo peor - dijo secándose las lágrimas- debo contarte algo que esperé nunca tener que contarte.
Me agarró del brazo firmemente y me llevó a su cuarto. Como odio este cuarto. Los armarios estan todos sucios, y de la alfombra ni hablemos. Su cama siempre está deshecha, tapando las patas de la cama. Parece a propósito. Me sentó en su cama, ya con una expresión compasiva, y me agarró las manos con las suyas, ya arrugadas por los años, y llenas de anillos.
-Fran, hay mucho que no sabes sobre esta casa, porqué los colores con los que está pintada esta casa no son comunes, porqué no ordeno mi pieza, por qué murieron tus padres... -no pudo seguir.
-Contame Abu, contame. ¿Tiene que ver con lo de hoy en el colegio? Siento que fue mi culpa...
-Es que, Fran, de alguna forma, sí que fue tu culpa. Pensaste en algún momento en fuego, o dibujaste fuego?
-Tuve un pensamiento de mí quemando las mesas, pero no creo que... ¡NO! ¿Fue mi culpa no?
-Fran, ayudame a mover la cama. -Me quedé inmovil solo pensando en el hecho de haber quemado la escuela- ¡Dale!
Me dispuse a empujar la cama, pero Abu me detuvo.
-No no, movela con tu mente.
-Ay Abu, ¡no entiendo que queres que haga!
- Solo pensá en mover la cama y apuntá tus manos hacia ella.
Hice lo que me dijo, incrédula. Al principio me costó concentrarme, pero sentí un cosquilleo por la espalda una vez que lo logré. Antes de poder procesar lo que pasaba, me encontré con la cama detrás mío, ¡no podía ser!
Orgullosa, Abu dijo:
-Francisca, sos una bruja como yo.

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💕Acá esta el capítulo 2 de este libro, espero que les guste!💕💕

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⏰ Última actualización: May 07, 2016 ⏰

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