Why?!

Un casco blanco

No esperaba tener visita, pero el timbre acaba de sonar. Al abrir la puerta del jardín, con una chupa de cuero y unos tejanos, extiendes una mano ofreciéndome un casco blanco que me había apropiado. Sin decirnos nada lo hemos entendido todo. Me doy la vuelta, cojo la chaqueta tejana que me regalaste por mi cumpleaños y me la pongo mientras bajo las escaleras rápidamente. Al llegar frente tu mano extendida, me detengo en seco. Una mirada al casco, y otra a tus profundos ojos negros. Con un gesto practicado y habitual, me pongo el casco mientras tu te pones el tuyo y subes esa máquina ruidosa. Tu cabeza se gira hacia mí indicando que ya puedo subir. Un escalofrío recorre mi cuerpo. Con otro gesto hábil me subo y me agarro a tu cuerpo con fuerza.

Una carretera secundaria nos llevaría a cualquier parte. Vas lo suficiente lento para que podamos disfrutar de la carretera, de nuestra compañía. Extiendo los brazos para sentir el viento cálido en mi cuerpo.