- Por favor mamá, hice lo que me pediste, aprobé todas las asignaturas.
Le dije mirando a mi madre mientras todos estábamos sentados en el salón. Tenía mis manos apoyadas en mis rodillas y estaba nerviosa.
- Es verdad y se lo prometiste- dijo papá.
Miré a mi padre, sin él no sé lo que haría, es el único que de verdad me comprende y me apoya.
- ¿Y si te pasa algo? No vamos a poder estar allí.
- Venga, mamá, que soy mayor, tengo 17 años. No me va a pasar nada. Además, no voy a estar sola, voy con Julie.
Mi madre me miró y luego miró a mi padre, soltó un gran suspiro y apoyó su espalda en el respaldo del sillón. Sé que se preocupa mucho por mi, pero me he hecho mayor y me tiene que dejar salir, no me va a retener en casa de por vida. Necesito explorar el mundo exterior, cometer errores sabiendo que no van a estar mis padres.
- Pero con una condición…- dice mi madre mirándome.
Antes de que termine de hablar ya me he puesto de pie y he empezado a gritar.
- ¡Gracias mamá! ¡Muchas gracias! ¡Te quiero!- me lanzo encima suya y le beso la mejilla.
- ____, deja a tu madre hablar, no te la comas- dice mi padre riendo.
- Si, si- digo sentándome en las piernas de mi madre.
- Tan solo quiero que te cuides mucho y sobre todo que no te fíes de nadie- mi madre me mira y sonríe, aparta con delicadeza el cabello de mi cara- Tengo que asumir que mi hija se ha hecho mayor.
Entonces veo en sus ojos ese brillo que tienes cuando vas a llorar y la abrazo.
- Los echaré de menos- le digo al oído.
- Ten mucho cuidado cariño, ten mucho cuidado.
Me levante de las piernas de mi madre y me fui feliz hacia la segunda planta, para poder coger el teléfono y decirle a Julie que me dejaban ir a la residencia de verano con ella. Julie es la que tenía ganas de ir, no quería ir sola así que me comió la cabeza hasta que me entraron ganas de ir a mí también.
Así que aquí estoy, me llamo ___ tengo 17 años cabello negro largo y ondulado por las puntas, ojos verdes, ni piel blanca ni piel morena, es como un tono rosado blando que a mi especialmente me gusta, mi estatura es la perfecta para mi edad, mi cuerpo… no me puedo quejar tengo curvas pero tampoco le doy mucha importancia, si alguien me quiere, me querrá por como soy tanto por dentro como por fuera. Estoy preparando todo para ir a una residencia de verano de adolescentes con mi mejor amiga, sin saber que lo que ocurra ahí cambiará mi visión sobre este mundo.