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Levante la vista y, al ver a aquel chico que se me había aparecido por arte de magia, se me acelero el corazón. Empezó a latirme ansioso, desbocado. La respiración se me agitó y un ligero temblor se apoderó de mí. Era una corriente mágica que me recorrió y me hizo vibrar.

Me sentí enormemente afortunada por estar allí.

Percibí su olor.Un olor agradable que me recordó, y eso que yo nunca había estado allí, el interior de un volcán.

¿Había salido él de un volcán?¿Había venido desde las entrañas de la Tierra...?¿Me había venido a buscar?

¿Qué hacía yo allí?

Le recorrí con la mirada.Tenía un físico perfecto.

Vestía unos vaqueros y una sudadera con capucha de un naranja que nos envolvía.

Se le adivina un cuerpo poderoso y estilizado.Levaba puesta la capucha.

Aquella capucha afilaba un rostro de una belleza increíble, un rostro adornado por unos ojos rasgados poseedores de una mirada potentísima.

¡Qué mirada!

Profunda, clara y opaca al mismo tiempo, directa y esquiva. Enigmática.....

Nunca había visto a nadie con una belleza tan serena.Porque Ethan no solo era un cuerpo y un rostro perfecto, también destilaba tranquilidad,armonía,paz,confianza,inundaba el corazón de ternura y amor.

Cuando lo miraba, tuve una intuición: de alguna manera,sabía que él sería mi complemento, que me iba a enseñar de la vida, así como que él aprendería de mí.

No sé por qué, pero sentí una confianza infinita, que podríamos caminar juntos, que contraría cobijo en los malos momentos y que compartiríamos la felicidad, Y, a pesar de eso, además de aquella certeza, sentí un punto de desazón y adiviné que tendría que pagar un precio, un precio costoso.

Pero ¿cuál?

Me ofreció una mano.  Me cogí a ella ávida por tocarla y la reconocí.¡Ésas eran las manos que me habían traído hasta allí!

-¿Quién eres?-balbuceé, nerviosa.

-Ya te lo he dicho.-Sonrió-.Soy Ethan. Y tú eres Emma.

Oír pronunciado mi nombre por su boca fue maravilloso.¡Sabía cómo me llamaba!

-Repítelo, por favor.....Despacio.

No se hizo de rogar.

-Emma-dijo lentamente.

La piel se me erizó. No pude evitar un nuevo suspiro.

Él se puso a andar.Yo me lo quedé mirando sin moverme del sitio.

-¡Vamos!- me invito a seguirle.

Corrí para alcanzarlo y me puse a su altura. Caminaba estilizadamente, como una gacela, a grandes pasos, vigorosos y seguros.

-¿Dónde estamos?- le pregunté.

-¿Crees en el amor a primera vista?- me preguntó él.

-Hasta que has aparecido tú, no.

Se detuvo y se giró hacía mí. A continuación se echo para atrás la capucha, me lanzó una sonrisa cómplice. La electricidad que me recorría el cuerpo desde que él había aparecido subió de intensidad.

Y aún subió más cuando me acarició la cabeza.

-Tienes un pelo muy bonito.

Deslizó la mano hasta la cara y se puso a acariciarme las mejillas.

Yo me dejaba seducir....

Mientras su mano derecha se entretenía con mis mejillas, noté que la izquierda me asía por la cintura.

-Levo mucho tiempo esperándote-me dijo entonces.

Me estrecho contra él.

-No sabes cuanto me alegro de que estés aquí.

Entonces, en un impulso, lo rodeé el cuello con mis brazos. Me aferré a su torso con fuerza.

Y toque la felicidad.

Resurrección-Lea ToberyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora