Umrae: El Mundo De Los Arboles.

Confundida

-Hey tu!!! Imbecil!- No contuve las ganas de gritarlo, pero ya era tarde. Inesperadamente se giró a enfrentarme, con un semblante severo, acerco su cuerpo mas de lo necesario, dejando poco espacio entre nosotros.

Lo mire a los ojos. No se por que, pero me relajaba su presencia, cada vez me sentia mas y mas relajada, hasta el punto de sentirme adormecida, aquí fue cuando escuche una palabra en mi mente, "Somnum" que extrañamente, entendi como "duerme"

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Me removí incómoda entre sábanas negras y toscas. Vi como los rayos de sol entraban por una pequeña ventana. En ningun momento recuerdo haber llegado hasta aqui. << Cómo llegue aquí? Donde estoy?>> Me levante cuidadosamente de la ahora muy desordenada cama y empecé a buscar algo que me indique donde estoy. Camine sutilmente alrededor de la habitación esperando descubrir algo útil, pero fui interrumpida por pasos que se acercaban. Corri  rapidamente en cuclillas de vuelta a la cama, fingiendo estar dormida.

Lentamente, sentí como sus pasos se acercaban mas y mas a la orilla de la cama en la que estaba recostada. Cautelosamente, se sentó, y extendió sus manos a través de mis hombros, removiendolos de forma delicada, y al no notar reaccion de mi parte lo hizo de forma brusca. -Deja de fingir- Dijo él, con una voz grave, pero a la vez suave. Espero unos segundos, cuando pareció rendirse, dejando salir un casi imperceptible suspiro. Levantándose, sentí su mirada clavada en mi espalda, junto con mi curiosidad de saber dónde estaba, y especialmente, saber quién era él, <<Mierda>> me dije a mi misma, aceptando la derrota contra él. Me di la vuelta, sosteniendo la mirada de unos ojos llenos de tormento. Me sorprendió ver aquella mirada en sus pequeños y grises ojos. -Donde estoy?- exaclame de forma chillona. Ahora su cara de tormento, era reemplazada por una de molestia. -Me debes una disculpa- escupió ácidamente, lo que hizo aparecer una llama de enfado en mi interior, la cual contuve al recordar cuando lo insulte.

-Lo siento- Musité, aceptando mi error y pasando una mano por mi cara.

-Oh, lo sientes, bueno- Dijo no prestando mucha atención a mi disculpa.

Su comentario me dejó momentáneamente aturdida y él al notarlo comenzó a dejar la habitación, pero antes de que llegara a alejarse, recordé que no me había respondido mi pregunta.- Podrías responder y decirme donde estoy?- Pregunte una vez más, implorando por respuestas. Al escuchar mi voz se detuvo y se quedo asi por unos segundos dudando si debe responder o no.

-Estas en mi casa, asi que sera mejor que no causes problemas.- Dijo fríamente todavía sin darse la vuelta y al pronunciar la última palabra, salió de la habitación dejándome incluso más confundida y con mas preguntas que necesitaban ser respondidas. Me levanté de un brinco de entre las toscas sabanas, llendo tras él. Al cruzar la puerta, lo divise al final de un muy raro pasillo lleno de musgo y libros destrozados. -Espera!- necesitaba respuestas y él estaba huyendo de mi. Se volteo, y espero a que estara más cerca de él, -Tengo algo que hacer, esperame, y no hagas de mi casa un gallinero.- y sin esperar mi respuesta, se fue. <<Este tipo es increíble...>>

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Después de aproximadamente una hora, descubrí cosas como la cocina, el baño y que la habitación en la que había despertado era la suya, ya que era la única en toda la casa. También me di cuenta de que no era una casa normal, tenía un aspecto viejo, pero a la vez vivo. Era sin duda una casa aburrida sin muchas decoraciones, pero lo poco que había, estaba raramente cubierto en una aura llena de vida. Mientras miraba por la ventana de la cocina, entre en pánico al notar que estábamos rozando el cielo. En ese momento oí como alguien abría la puerta. Mi corazón dio un giro, y me encontré junto un muy exasperado hombre.

-Y tu quien eres?- Dijo este, Dejándome como una estatua.