Trate de moverme pero el miedo me dominaba, y este crecía en cada momento en que las nubes se acercaban y junto con ellas, el viento abrazador. Mi cabello revoloteaba locamente a causa del viento, lo que me limitaba la visión además de el frío que se me colaba en los huesos. Me obligue a mi misma a moverme y entrar dentro del barco, si una tormenta de esa magnitud se acercaba, yo estando en la cubierta sería la primera en salir herida pero mis esfuerzos eran inútiles porque mientras más trataba de acercarme a la puerta, más lejos parecía estar. En cierto momento sentí como si estuviera en algún tipo de sueño, pero se sentía tan real que descarte la idea.
No se si fue a causa del miedo que me hacía imaginar cosas pero podría jurar que el viento susurraba mi nombre y era como si de alguna forma me atrajera. En algún momento de la situación, sentí que el miedo se deslizaba fuera de mi cuerpo y tomaba forma en frente de mi, liberandome de la sensacion y retandome a que me acercara. apesar de no poder reconocer su silueta, sentía la intensidad de su mirada a través de aquella capa oscura que ocultaba su rostro y su cuerpo. Me decidí, y en vez de huir, me acercaria y lo enfrentaria.
-Quien eres?- Pregunte con la duda quemando mi garganta, aunque no hubo respuesta.
-Que eres?- esta vez preguntando más fuerte, y con más seguridad de la que realmente sentía.
Iba a acercarme más con la poca seguridad que sentía y supe que era lo correcto, pero antes de siquiera tocarlo una luz atravesó las nubes, una luz verde resplandeciente que llenó el lugar de un aroma a tierra mojada, entonces la sombra se desvaneció. Sentí que me recorrían vibraciones por todo el cuerpo y me elevaba con todo y alma hacia otro lugar. Cerré los ojos, deje mi cuerpo inmóvil, y le permiti al universo que hiciera lo que quiera con el.
****
Sentí las gotas de agua chocar con mi cara y el olor a tierra mojada inundar mi nariz. Me levanté lentamente y mi cabeza palpitaba. Me di cuenta que estaba rodeada de árboles <<Que demonios...>> Todo era muy hermoso, pero a la vez un tanto terrorífico ya que primero no tengo ni la menor idea de como llegue aqui y segundo, siento como si los árboles me susurran a través del movimiento de las hojas. De un momento a otro, percibí un movimiento por entre los árboles y sentí de nuevo la misma sensacion, aunque en un menor grado. Busque desesperadamente aquel movimiento que percibí, pero no vi nada mas.
Me decidí a levantarme y explorar el lluvioso y extraño lugar, los árboles eran gigantes y virgenes, podía sentir la antiguedad y vida de estos con solo mirarlos, sentía la corriente que ellos me transmitían por debajo de la piel haciéndome vibrar de una manera extraña y concentrándose en ciertas partes de mi cuerpo. Por un momento, todo se trato de sentir y observar. Sentía el viento chocar contra mi cabello rojizo, vi como los árboles danzaban y figuras en el cielo se movían con rapidez hacia algún sitio. La tierra comenzó a temblar y salí de mi trance, los árboles se abrían para dejar a la vista un campo abierto, con unas figuras de cuatro patas que no logre distinguir, solo sabía que se dirigían hacia mi, y tenia que correr, ya.
La adrenalina recorrió mi cuerpo y sentí ganas de reír, me eché a correr y me adentre en el supuesto bosque que ahora no era nada más que algún tipo de carretera de lodo y raíces expuestas.
Corría sin parar sintiendo cada vez más la cercanía de las criaturas de atrás. esquivaba las raíces que se extendían a través del terreno mojado. De un momento a otro escuche el movimiento del agua y a los lejos puede visualizar un río, voltee la cabeza para ver a los malditos que me estaban persiguiendo, parece cómo si hubieran visto un fantasma. Aquellas criaturas eran raras, tenían dos colas y se parecían físicamente a los toros, pero en vez de dos cuernos a los lados de la cabeza, uno se alzaba inclinándose ligeramente hacia atrás. OK basta de descripciones, tengo que centrarme a llegar hasta el río, o terminare siendo aplastada por animales extraños. Aumente la velocidad y desvié mi rumbo violentamente hacia el río. Un sentimiento de vergüenza se instaló en mi al saber que no me persiguieron a mí, y seguían su rumbo cómo si yo no hubiera existido. Deje de correr y tome aire, veo a mi alrededor y caigo en cuenta que el río es casi inmenso, el agua es cristalina y se pueden divisar criaturas extrañas en el fondo. Levanto la vista, alejandome un poco del rio, sin arriesgarme a tomar agua. Me giro, y veo a un tipo asomando su cara, con una expresión curiosa observandome con ojos verdes.
Era un chico de aparentemente mi misma edad, tenía un cabello castaño oscuro ligeramente largo que tapaba parte de su frente bronceada, al igual que su musculoso cuerpo, baje la mirada a su descubierto torso, porque bueno... no tenia camisa, no tenía una jodida camisa y juro que me enamore. Para no empezar a babear me obligue a alzar la vista nuevamente a su rostro, aquella barba medianamente crecido que le daba un toque maduro... pero sexy. Cejas gruesas que resaltaba sus hermosos ojos...
Me di una cachetada mental para espabilar, me hubiera quedado observando a tal exquisitez si no se me hubiera acercado, juro que me podían comparar con un tomate.
-Quien eres?- dijo amenazadoramente con su gruesa voz, devolviendome a la realidad, ya que la cachetada no sirvió.
-Ehh...Que?- pregunte, sintiéndome más estúpida de lo que ya me sentía. - Aisha?- dije cómo si fuera retrasada mental y no supiera mi nombre.
Se me quedo observando un momento sin ninguna expresión y luego sin previo aviso se dio la vuelta, cómo si nada hubiera pasado. Me quedé ahí parada cómo una incrédula <<Enserio me había dejado sola sin emitir ni una palabra?>> Me pregunte.
Rápidamente trate de perseguirlo, pero me llevaba mucha ventaja, sentí la necesidad de llamarlo, no podía perder la oportunidad de hablar con la única persona que podría darme respuestas.
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Umrae: El Mundo De Los Arboles.
FantasyCuando la joven de 18 años, Aisha es convencida de ir a estudiar a un lugar alejado de su hogar y ademas sola, se da cuenta que no solo existe su mundo. En el momento en que el barco que era su transporte para su nueva vida, se encuentra en medio de...