Comunidad JDL: Relatos Cortos

Cuchillo

Puedes sentir el filo pasar por tu piel, tan frió y tembloroso pero tan normal y cotidiano que esas sensaciones ya son parte de ti. La herida empieza a arder, es como una fuerte caricia que trae consigo tranquilidad. Una caricia de dolor que libera el sufrimiento. ese dolor tan adictivo es el que te da una bofetada con guante blanco,  que te recuerda la basura que eres y porque lo estas haciendo. Dentro de tu propia estupidez y cobardía te engañas a ti mismo diciéndote que ya estas a mano por tu misera existencia. Aun sabiendo que por mas daño que te hagas no repararas tus acciones, tus decisiones, tus pensamientos, ni los de ayer, ni los de hoy ni los de mañana. Lo  sigues haciendo con desesperación  en busca de liberar un poco toda la rabia y el coraje que llevas dentro. por escuchar esa voz que te dice que al menos estas haciendo algo, que persigues un propósito. 

Observas como la sangre recorre  lentamente tu brazo, esa sustancia roja y tibia que baila por tu piel te provoca una gran excitación. Aun sabiendo que esto es un castigo y lo culpable que te sientes, no puedes evitar sentirte relajado y libre. Conoces de antemano que las marcas en tu piel te recordaran todas tus pésimas decisiones , sabes lo enfermo que estas al llevar un mediocre control de esta manera, pero también sabes que lo necesitas. 

Tan cobarde eres que después de cometer el crimen no eres capaz de presumirlo ante los demás, ocultando tu supuesta motivación. Tienes pánico de que se enteran cuan patético eres. Basta con tan solo ver debajo de la ropa este inmundo secreto. Se darían cuenta en instantes  como eres tan poca cosa que no puedes aguantar tu gran vida feliz, como ellos que tienen  problemas reales pueden aguantar mas que tu. como ellos no necesitan hacer esa estupidez.  Con el sol abrazador aguantas estar cubierto , tartamudeando cuando te preguntan el porque , cuando tu mente te esta diciendo que ellos saben la respuesta. 

Es así, como al realizar tus actividades diarias  puedes sentir la herida abierta, ese dolor te recuerda lo que debes hacer y lo que no, haces todo de tu parte para no tener que castigarte de nuevamente, pero al mismo tiempo sabes que lo volverás a hacer tarde o temprano. Cuando empiezas a sentir la comezón al cerrarse tu piel, te das cuenta de lo mal que estas, cuando lo ves tan normal y piensas que es necesaria otra pequeña dosis. 

Día a día te apegas a esto, día tras día una marca nueva y mientras va pasando el tiempo pareciera que tu cuerpo se acostumbra. El dolor disminuye con el mismo daño. Empiezas a buscar maneras para encontrarlo otra vez. Usas alcohol, frotas tu herida, o simplemente seleccionas otra parte de tu cuerpo. Esa  tan ansiada búsqueda de dolor no tendera fin, nunca sera suficiente y anhelaras  expresar la mayor rabia posible. 

El único que entiende tu lógica  es tu querido amigo y cómplice. Esa pequeña navaja con un mango color azul. Ese CUCHILLO  se ha convertido en algo tan indispensable como el aire mismo. Oculto cuidadosamente entre tus cosas , lo llevas contigo siempre, disfrazado o no, siempre cuidando e que no sea visto. No estas seguro en que momento lo necesitaras, pero estarás listo cuando eso tenga que suceder.  Jamas pensaste  que objeto tan pequeño tuviera ese infinito  poder, un poder que solo tu le has dado. Ese insignificante objeto puede lograr tantas cosas con el minino esfuerzo. Te provocas un dolor menor al que realmente sientes, te duele cada experiencia, cada palabra. cada gesto. Quieres callar a cada uno de esos labios tratando de comparar  ese dolor, pero sabes que nunca lo lograras, nada duele mas que eso. 

Estúpido, estúpido, estúpido,  porque simplemente no puedes ser igual a los demás. El simple hecho de no poder sobrellevar aquello que llaman vida, no eres capaz de llevar a cabo las emociones correctamente, no eres capaz de ganártela, eres un maldito cobarde que no la mereces, no mereces el aire que respiras, no mereces ni una mirada.  El desgaste de tu existencia  no se puede comparar con lo que le das a cambio, con lo haces día con día.   Eres un simple tunante que va caminando en mundo al que no  pertenece. Es tu obligación sonreír, es tu obligación verte feliz, no tienes permitido ser una carga para los demás. Si no eres capaz de ser valiente, de hacer de tu esencia algo de valor, por lo menos debes fingir que si lo haces. Aunque lo haces de una manera tan patética, tu único camino es fingir y sonreír. Engaña a los demás y principalmente a ti mismo de que pudieras  tan solo parecer a uno de ellos, que realmente vale la pena  que te levantes cada mañana.  Desvelado porque ya no quieres despertar, necesitas sentir que realmente sigues un propósito. 

Levántate vil cobarde, levántate y siente cada emoción en cada fibra de tu cuerpo. Siente nuevamente pasar el filo a través de tu piel, recuerda la basura que eres y recuerda siempre mostrar tu mejor sonrisa. Camina sintiendo como arde una herida bajo tu ropa, que esa euforia te de ánimos para seguir adelante, que esa herida te demuestre porque luchas para seguir con vida, porque necesitas seguir existiendo aunque tu subconsciente te diga lo contrario.  Siente el  filo pasar por tu piel, tan frió y tembloroso pero tan normal y cotidiano que esas sensaciones ya son parte de ti. Que la a herida empiece  a arder, que la a fuerte caricia te traiga tranquilidad. Que la caricia de dolor  libere  el sufrimiento. Siente ese dolor y recuerda que estas con vida, aprovecha todas las sensaciones para crear la imagen que necesitas, para que pase un día mas, para que pase un mes mas, para que pase un año mas. Disfruta de los placeres de la vida aunque sabes que no los mereces, que aun sabiendo la escoria que eres, aun deseas en lo mas profundo, disfrutar de las maravillas que son otorgadas. Deseas parte de ese mundo al que no perteneces. Aun siendo un pequeño parásito, quieres poder volar alto.