01: Desaparición y Búsqueda

16 1 0
                                    

16 hs, bar "la liberté de l'âme"...

Día cálido y soleado, nos encontrábamos allí mi compañero de toda la vida y yo, sentados en aquel pequeño bar, esquinado frente a una plaza con abundantes árboles y hermosos matorrales. Como todos los sábados por la siesta la pasaríamos allí hablando y haciendo comentarios tontos como siempre ya que teníamos la tarde libre.

Mi compañero es un hombre de estatura mediana, 1 metro ,75 aproximadamente, corpulento, cabello corto, 22 años, lleva siempre la misma campera pesada, verde, como un saco sobretodo. Es callado en público, pero con un gran sentido del humor, rostro simpático con el cual puede simular frialdad inmutable fácilmente. Sale a correr y entrenar todos los días temprano por la mañana, es un gran combatiente, na vez lo vi derribar a 5 hombres a mano limpia mientras patrullabamos

Yo, Mido 1,85 quizás un centímetro más o uno menos, tengo 23 años, soy delgado, cabello largo atado en cola de caballo. Aunque me quejo de la campera verde de mi amigo, yo llevo siempre una campera negra gruesa a todos lados, me consideran una persona sociable, aunque eso es solo porque soy el que más habla de los dos, algunos dirían
' 'alegre, de sonrisa que inspira confianza, pero que puede poner el rostro de "poli malo" y la seriedad de uno cuando la situación lo amerita' '. Soy nadador de toda la vida. Ambos usábamos nuestros borceguíes, no nos acostumbramos a dejar de usarlos, siempre los tenemos puestos en todos lados.

Luego de unos minutos llegaron nuestras tazas de café con unas pequeñas galletas, nos miramos yo tome mi copa, la levante y exclame "relaxing cup of... café con leche", él agarró ambos platos donde estaban las pequeñas galletas los acerco a su lado de la mesa y pregunto ¿y vos que comes?, ambos reímos, bebimos, comimos, piedra papel o tijeras para decidir quién pagaba, nos disponíamos a irnos cuando un hombre se acercaba a nosotros corriendo, se encontraba muy alterado, nervioso, estaba agitado se paró frente a nuestra mesa, tomó un segundo de aire, "Mi hijo" exclamo. Siempre que había problemas en el pueblo acudían a nosotros, nunca supimos porque, ni cuando comenzó, pero siempre dijimos que sí, que mientras la situación no salga de nuestras manos ayudaríamos, como en este caso...
Le dijimos al hombre que tomara asiento, pedimos que nos trajeran un vaso con agua para que el hombre se calme y nos pudiese contar su problema.

-gracias por el agua. (nos dijo el sujeto aun agotado)

-no agradezca, no es ningún problema.

-bueno, ¿por dónde comienzo?

- tal vez el principio sea una buena opción... (dijo mi amigo en tono burlón)

-tienen razón, lo siento...

-tranquilícese Don, mi compañero está jugando, cuéntenos como pueda.

-bueno, eran las 10 de la mañana y con mi hijo decidimos salir a caminar un poco, ya que ambos nos encontrábamos aburridos en la casa, en la radio no había nada, mi esposa no estaba, salimos, nos dirigíamos a visitar a una de las vecinas pero luego de caminar unas cuantas calles me invadió una sensación muy extraña sentía que nos seguían...

El hombre comenzaba a alterarse de nuevo, tragaba saliva y no podía continuar.

-beba otro trago de agua Don Cibrario, ¿o prefiere que pidamos algo mas?

-no no, estoy bien, continuo.

-Un momento... Necesito hacerle unas preguntas antes...

Bloody Revolver Donde viven las historias. Descúbrelo ahora