Parte 4

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_ maria- le grito a su esposa que estaba en el segundo piso ¿esta emma con tigo?Ella bajó la escalera con apuro, sus talones sonaron en eco al golpearse con los escalones. _ emma - Dijo No, pensé que estaba contigo. Ahora que me lo dices, no la he escuchado desde que comenzamos a ordenar esto último. –Giró la cabeza hacia afuera y dirigió su mirada al porche, sobre los tablones fríos de madera, había unas hojas de otoño coladas sobre la alfombra en la puerta principal, pero emma no estaba allí. Hacía tres días que se habían mudado y ese había sido el lugar que había elegido para jugar a "tomar el té" con sus dos peluches grandes. Mi amor, ¿estás ahí?
Caminó hasta allí, pero no la vio. El frente era grande, entre el porche y la verja había un gran cuadrado verde en el que florecían tristemente pequeñas florecitas de color amarillo apagado, siete higueras medianas y un enorme sauce llorón que en conjunto le daban a la casa un toque tétrico y melancólico. En el sauce, colgaba un hamaca hecha con dos cuerdas sucias y una madera gruesa e hinchada por la humedad, emma se había hamacado varias veces allí, pero en ese momento, los ojos de su madre sólo percibían un columpio vacío y estático como un recuerdo congelado.
_ ¿No la ves, cariño? –dijo axel desde adentro _ No, no está aquí. emma

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