Carta V

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Al parecer mi última carta no ha hecho nada en ti. No has pasado tu mirada fuera de tu burbuja personal. Intente que no me lastimara, pero de alguna manera tu indeferencia a llegado a causar una pequeña presión en mi pecho. Creo, que no quieres encontrarme, no deseas saber quien soy. ¿Y cómo querrías? Soy una persona horrible. En tu vida escolar, seguramente habrás escuchado de mi. En los chismentos que suelta la gente a tu alrededor. Habrás escuchado que soy una chica perturbada, la cual solo le prestan atención por su singular aspecto. Pero eso me representa a mí, y unas cincuenta chicas marginadas mas de esta institución.

Te he escuchado en la clase de Literatura.

El Señor Dominic, nos ha pedido hacer una pequeña redacción respecto a como vemos las cosas a nuestro alrededor. Y lo que has escrito ha dejado sorprendida a media población estudiantil, debo decir. Nadie se imaginaba que tú, Elliot, fuera un muchacho con una perspectiva tan realista de el mundo. Tú vida detrás de esos vidrios polarizados a tu alrededor hacen parecer que tu vida sea perfecta. Una madre ama de casa, amante del chelo. Un padre empresario de nombre reconocido. Y tú, el hijo deportista e inteligente, el cual todo profesor se siente honrando de enseñar. En tu ensayo, has dicho que este es un mundo de imagen publicitaria, nada de lo que vemos es real o completamente sincero. En tus palabras escritas a puño y letra has puesto que debes sufrir para vivir, porque el sufrimiento es el carril de nuestro tren, y ese camino se dirige a la montaña más alta. Por la cual debemos pasar por los caminos de barro, las tormentas mas fuertes y los pequeños diablos que se hacen pasar por ángeles divinos. Técnicamente, has recitado todas las piedras que nos harían atascar en nuestro largo camino hasta el fin.

¿Por lo menos alguna de mis palabras a influenciado en ti?¿O esa ha sido tu propia voz hablando por primera vez?

Sea lo que sea, tus palabras me han llegado. Me han hecho sentir comprendida. Creo, que si me hubieran dicho en el pasado que tú serias una persona la cual me sentiría identificada, me les habría reído en la cara. De alguna manera, te has convertido en mi voz.

Llegue en un momento crítico en mi vida en el cual he perdido mi propia voz. Deje de hablar, hasta a mi propia familia. En los únicos momentos en los que se ha escuchado salir alguna palabra de mi boca, no han sido mías aquellas oraciones, sino eran mis demonios internos. Se han apoderado de mí. Me han tomado completa, sin un centímetro de luz. Han hecho que sea una persona horrible. Le he dicho a la gente las cosas más horribles que te puedas imaginar, Elliot. Los he herido profundamente, de la misma manera en que lo han hecho conmigo. Y me arrepiento, tan profundamente lo hago. Pero, no existe perdón para alguien como yo. Y si lo hay, no lo merezco.

Esta carta, es mi testamento de arrepentimiento.

Lo siento... Realmente lo hago.

Cartas a Elliot (True Colors 1#) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora