Carta VI

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¿Alguna vez has llorado tanto que has quedado sin lagrimas?¿Has gritado tan fuerte que sentiste tu propia alma salir por tu garganta?

Pues yo sí. Y es un dolor tan insoportable. No entiendo como tales sentimientos existieran, parecen tan imposibles.

Hoy te gradúas. He oído que te iras a una gran ciudad, que seguirás tus sueños de ser un gran deportista. Estoy tan feliz por ti. Pero de alguna manera tan triste por mi. Te he escrito por seis meses y cada una te la he puesto en tu casillero todos los días siete.

Por las siete veces que he intentado terminar conmigo.

Por las siete veces que he intentado hablarte.

Por las siete veces que he querido llamar tu atención.

Por las siete veces que he sido internada en el hospital.

Por las siete horas que mi padre ha dicho que tardaría para ir a comprarme un regalo de cumpleaños fuera de la ciudad y desde entonces no lo he visto nunca más.

Por las siete veces que mi madre ha intentado apagar la luz en mi llamada vida.

Por las siete llamadas que he tenido que hacer a la policía aquella terrorífica noche que ella ha intentado matarme.

Por las siete puñaladas que me ha dado.

Y por los siete días que he estado inconciente luego de eso.

Mi vida no ha sido precisamente fácil, Elliot. Luego de aquellos sucesos, han mandado a mi madre a una prisión. He tenido que mudarme con mi abuela. Mi amada y querida abuela, nunca le he dicho cuanto la quiero y le agradezco. Siempre, siento que he sido un peso para ella. No es fácil convivir con adolescente la cual su hija ha tratado de matar.

Su mirada de pena en mi me daba asco. Yo no era alguien que necesitara la pena de ninguna persona, todo lo que he pasado me lo he merecido. Según mi madre, soy la culpable de la huida de mi padre. En mi niñez no he sido una niña que este bien del todo. No comía, tenia peleas en la escuela, me metía en problemas con tan solo ocho años. Esas cargas no han sido de lo mejor para mis padres, y de alguna manera concuerdo que he sido la razón por las cuales mi padre se ha ido. Hace unos días mi abuela me a contado que mi madre saldría con libertad condicional, dado a que creen que sus acciones han sido por problemas psiquiátricos. Ella volvería a casa, con nosotras. Y eso me tiene aterrorizada. Sé, desde lo mas interno de mi ser, que ella no cambiara. Porque su odio hacia mi es mas fuerte que cualquier método psiquiátrico o médicamentos recetado. El veneno en su persona podía destruir todo.

Esta será mi última carta, mis ultimas palabras para ti. Así que déjame decirte algunas cosas para tu nuevo comienzo.

Busca la felicidad.

Ayuda a tu madre ser lo suficientemente fuerte para abandonar a tu padre. Anímala a ser una excelente chelista. La he escuchado tocar através de las ventanas abiertas de tu hogar, y su manera de tocar me ha dejado maravillada. Se nota la manera en que la amas, ella es tu luz. Y tú eres la de ella. Ustedes dos juntos, brillan más que el sol y todas las estrellas juntas. Empezaras una nueva vida lejos de aquí, apartado de la imagen que has creado por años. Así que, Elliot, se tu mismo. Muestra tus heridas, no para que te lastimen, sino para que veas lo fuerte que eres. Cuenta tu historia, porque así ayudaras a más personas de las que crees. Tu experiencia, puede ser la de otro también. Pero tú, has logrado superarlo. Eres la persona mas apasionada que conozco, así que cumple tus perspectivas. Esta vida, es tuya, así que vívela sin importar los que los demás te digan. Se tu mismo, no tengas miedo. Si algo te detiene, sigue. En algún momento vendrá alguien quien estará a tu lado todo el tiempo. Alguien que será uno de los vagones de tu tren, alguien que estará unido a ti por el material más fuerte que existe. El amor. Ama, cariño, de la manera en que nunca imaginaste. Ama, de la manera en que yo te amo...

No tienes idea de cuanto me importas. Eres la luz de mi oscuridad. El ángel de mis demonios. Las estrellas de mi noche. La luna de mi tierra. Y las gotas de lluvia de mi tormenta.

Este es mi adiós. De ti y de mi sufrimiento. Me da pena el hecho de que ya no te veré mejorar, pero conseguiré observarte desde un lugar donde podré estar en paz. En un espacio donde me podré recostar en nubes de algodón de azúcar, en el cual podré ver el gran estadio donde estarás jugando, escuchare los gritos eufóricos de la gente por ti, y te mirare hacer lo que mas amas.

No ocultes más tus sentimientos en tu mirada color cielo. No vuelvas a aprisionarte a ti mismo, has todo lo que yo no he hecho. Te entregue todo de mí para que lo lleves contigo. Disfruta de la vida, Elliot.

Quizás el ocho sea mi número de la suerte...

Por siempre tuya,

la chica observadora de los ojos tormenta.

Cartas a Elliot (True Colors 1#) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora