¿Dónde Está Garnet?

Capítulo Único.

Era una mañana reluciente. Las aves cantaban y el sol brillaba, el templo se hallaba sin el más mínimo indicio de vida. Bueno, al menos hasta que Amatista decidió ir a molestar a una gema narizona.

-¡Vamos P! ¿Qué hay de malo con eso? Solo será un momento... quiero verte ¿síííí? -rogó la gema púrpura con ojitos de cachorro.

-Ya dije que no, Amatista. No me transformaré en un pájaro sólo para que te burles de mí, llamándome mamá ave. -Perla le dio una mirada de odio a Amatista, antes de entrar a su habitación.

Amatista bufó, murmurando por lo bajo que Perla era una aguafiestas. Pero entonces, vio pasar a Peridot cargando una montaña de libros ella sola.

-¿Te ayudo con eso P-dot? -ofreció con una sonrisa natural de ella.

-Po-por favor -respondió, los libros eran gruesos y pesados.

Con facilidad Amatista tomó los libros y los puso sobre la mesa de la sala.

-¿Para qué son? -preguntó Amatista mientras se echaba sobre el sofá.

-Uff, Steven me ha dicho que debería leerlos. Es para estar más informada sobre los sucesos en la tierra, no me gusta ser ignorante...

-Genial -murmuró y le brindó una enorme sonrisa a la gema verde. Ésta sonrió de vuelta, y tomó el primer libro de la montaña que en su dura y vieja pasta ponía "Historia".

-¡Chicas! -Steven entró al templo agitado y sudando.

-¿Qué sucede Steven? -preguntó Amatista despreocupada.

-¿¡Han visto a Garnet!? ¿¡Dónde está Garnet!? -preguntó desesperado.

-Hey, cálmate viejo. De seguro ha de estar por ahí... en sus misiones solitarias, ya sabes -supuso en lugar de Peridot ya que ésta estaba demasiado ocupada leyendo los libros.

-No lo entiendes Amatista. ¡Garnet no está desde ayer!

-¿Qué hay con eso? Ya sabes, Steven. De seguro regresa hoy -dijo despreocupada.

-Es que... ayer, antes de irse estaba muy extraña -confesó cabizbajo.

-¿Extraña cómo? ¿Te dijo algo feo o qué?

-Dijo que iba a hacer algo que no había hecho durante años...

...

-¿Estás segura de esto Ruby? -preguntó Sapphire un poco nerviosa.

-Vamos, Sapphire. Somos gemas, esto no será ningún problema -declaró con una enorme sonrisa, para luego tomar a su Sapphi de la mano y correr para subir a la montaña rusa.

-¡Alto ahí niñas! -La voz del señor sonrisas las detuvo.

-¿Qué quiere señor? ¿Acaso no ve que estamos en una cita? -preguntó Ruby con molestia.

-Ustedes son muy bajitas para subir. Lo siento. Además son muy jóvenes -determinó el señor Sonrisas, dedicándoles una mirada de decepción.

-¡Ja! ¿Jóvenes? ¡Hemos vivido por más tiempo que usted! -gruñó Ruby mostrando su puño. ¿Era demasiado pedir una cita con Sapphire?

-Lo lamento de verdad, pero no pueden subir.

-Disculpe las molestias señor. -Se disculpó Sapphire en lugar de Ruby.
Ambas se alejaron del lugar, no sin que antes Ruby le hubiera dedicado una mirada de odio al señor Sonrisas.

-¿Y ahora qué hacemos? ¡Era todo lo que había planeado! -confesó Ruby con un leve sonrojo.

-¿De verdad? -inquirió con una risilla. Luego la tomó de las mejillas y le dio un corto beso en los labios-. Vale, no importa. Es mejor que regresemos al templo.