Me sentía un poco nervioso. A decir verdad, creo que estaba bastante nervioso.
Seguía los pasos de Gemma por dentro de la librería. Emma todavía no se había dado cuenta de nuestra presencia ahí.
Trate de hablarle a mi hermana cuando note que Emma terminaba de acomodar los libros y se volteaba para encontrarse con nosotros. Sin pensarlo me di vuelta y empecé a ver los libros del estante a mi costado, dándole la espalda a dos de las personas más importantes de mi vida.
"Hola, ¿puedo ayudarlos en algo?"
Me sentí morir, llevaba tanto tiempo sin escuchar su voz.
"Oh hola, de hecho él estaba buscando algo."
Respire hondo y voltee.
"Emh... Hola, mi nombre es Harry."
Sus ojos estaban en los míos y pude notar como ella comenzaba a sonreír.
Juro que no podía dejar de mirarla.
Gemma hizo sonar su garganta, animándome a continuar.Finalmente Emma soltó una risita y dirigió su mirada a sus pies, cuando sus ojos volvieron a los míos hablo.
"Hola, mi nombre es Emma." Seguía sonriendo. "Harry, emh... ¿En-en qué puedo ayudarte?"
"Oh, eso. Me gustaría ver los libros de poesía."
"De acuerdo, se encuentran en el piso de arriba." Comenzó a caminar, al notar que no la seguía paro su paso, volteo. "¿Me sigues?" y volvió a sonreír.
Le sonreí y asentí, ella siguió caminando. Antes de caminar mire a Gemma.
"Voy a quedarme mirando estos libros, esperare acá. Ve con cuidado, Harry."
Seguí a Emma por las escaleras.
Estaba demasiado nervioso en este momento, pero no sabía si tendría otra oportunidad después."Emh, Emma... ¿Hace mucho que está aquí esta librería?"
Ella parecía un poco perdida en sus pensamientos pero de todas formas volteo a mí y contesto.
"No, abrió hace un mes pero estoy aquí hace casi dos semanas."
"Oh, eso es genial. Me imagino lo que debes sentir, felicitaciones Em."
Ay no, cuando me di cuenta ya era demasiado tarde, las palabras habían salido de mi boca con demasiada naturalidad.
Ella me miraba con un brillo único en sus ojos. No sabía cómo reaccionaría.Solo sonrió y susurro un casi inaudible. "Gracias"
Comenzamos a caminar por los pasillos.
Me sentía un poco más tranquilo, pero al parecer ella no tanto."Siento entrometerme pero... ¿Cómo encontraste la librería? Digo, ya que no es muy conocida."
Detuve mis pasos y mire algunos libros al azar.
"Mi casa está a solo dos cuadras de aquí y... La semana que viene comienzo a trabajar en el café de al frente... Por las noches." ¿Qué? ¿Por qué dije eso?
"Entonces vamos a vernos más seguido, todas las noches compro ahí antes de irme a casa." Dijo entre risitas. "¿Y cuál será tu puesto allí?"
Ojala lo hubiera sabido antes. "No voy a trabajar como empleado, o si, no sé qué seria..." Por alguna razón empecé a ponerme nervioso. "Yo voy... Voy a cantar allí."
Su mirada reflejaba ternura y asombro, esa era la fase de ella que más conocía.
Era como una nena, todo le causaba asombro y era muy curiosa."Harry, eso es genial. No sabía que sabias cantar." se empezó a reír mucho, solo la mire sin entender.
Sonreí. "Emma, ¿Qué es tan gracioso?"