A ver a ver, seguramente estaréis pensando: <<¡Pero si esta historia era de humor!>>. Yo dije que era de humor, no que os fuese a hacer gracia.
Ya vale. Os voy a transmitir el miedo y desesperación que pasé en este relato; en el que un niño gordito me retó a sobrevivir en una cueva.
Paseaba por las hermosas calles de un vertedero cuando un niño gordito se me apareció. Si, así de repente, como si fuese un maldito Entrenador Pokémon.
-¿Quieres ganar un brownie facilito, chavalín?
No se por qué hablaba como una maldita señora de 100 años que trafica con maría.
Ya se que estoy empezando a ser muy brusco con mi vocabulario, pero es verdad.
Obviamente accedí al brownie, entonces fue cuando me encontré equipado en una cueva. Tenía que pasar todo el fin de semana en ella, pero me comí toda la comida antes del anochecer.
En el momento en que más hambre estaba pasando, se me ocurrió atracar a aquel niño gordo. Al fin y al cabo no podía correr. Y así fue cómo conseguí un brownie de chocolate.
Si piensas que va a haber algo de acción en algún momento de la historia, vete acomodando, porque no va a pasar...