Marvel One Shots

Fotografías - Pietro

Intento apresurar los movimientos de mis manos, estoy increíblemente emocionada, es decir, ¡cómo no estarlo! Por fin Pietro y yo habíamos decidido dar el paso: mudarnos juntos y lejos, bien lejos, del resto de sus compañeros Vengadores. No me malinterpretéis, yo los amo de una manera inimaginable pero... intimidad de pareja, lo que se dice intimidad no tenemos.

   - ¿Emocionada, cariño? - dice Pietro entrando por la puerta -. Sólo quedan estas dos - señala ambas cajas antes de sentarse junto a mí y ayudarme con mi tarea.

Continuamos así durante un leve corto de tiempo, un tiempo en el que no hacen falta palabras para expresar todo el amor que nos sentimos porque cada vez que nuestras manos se rozan o nuestras miradas chocan toda la habitación se llena de ESE sentimiento, el mismo que nos ha llevado a tomar la decisión que nos ha llevado aquí, preparando una mudanza.

   - Esta ya está lista - anuncia Pietro -, voy a llevarla al camión.

Es cuando voy a cerrar la última caja cuando la veo: la foto de una pequeña y sonriente niña. Su pelo está trenzado y un pañuelo decora su cabecita. Pero lo que más llama la atención de la foto es la felicidad que se puede apreciar en su rostro. ¿De dónde  habrá sacado Pietro esta foto?

   - Ya está, cariñ... Oh, la has encontrado - dice sentándose a mi lado, en el suelo - Sabía que todavía estaba por aquí, pero no recordaba exactamente dónde - una sonrisa melancólica se instala en su rostro.

   - ¿De dónde has sacado esta foto? - pregunto con curiosidad y él besa mi cabeza antes de comenzar el relato.

 [...]

Un pequeño Pietro de 8 años corretea por el parque disfrutando de sus vacaciones, su pelo rubio se mueve al compás del viento y de su carrera mientras su joven hermana intenta atraparlo. Al otro lado del parque una pequeña llora por la pérdida del regalo que había preparado para su abuela pero es demasiado tarde, su mamá intenta consolarla mientras se la lleva del lugar. 

   - ¡Te la ligas! - exclama Pietro antes de correr a esconderse para ganar el juego que realiza con su hermana.

Tras una breve carrera, Pietro encuentra el lugar perfecto y se esconde allí. Seguro que mi hermana no me va a buscar aquí jamás - piensa. Pero algo llama su atención, la foto de una pequeña niña se encuentra abandonada en la esquina de su escondite  inmediatamente Pietro queda prendado de ella. ¡Es la chica más guapa que ha visto jamás!

   - ¡Mamá! - grita saliendo de su escondite, ganar o perder ya no le importa - ¡Mira lo que he encontrado! - Pietro corre hasta su madre para enseñarla la foto.

   - Es muy guapa cariño, ¿quién es? - pregunta haciendo que el ánimo de Pietro decaiga pero justo después su pecho se hincha con orgullo.

   - No lo sé, mami - responde -. Pero ella será mi futura esposa - su madre acaricia su cabecita y sonríe antes de animarle a seguir jugando, y por supuesto después de guardar la foto.

[...]

Mis ojos pican y sé que estoy a punto de llorar, ¿por qué seré tan sentimental?

   - Y que hay de esa chica, ¿la viste alguna vez? - pregunto pero Pietro niega.

   - Ni una sola vez - dice agarrando la foto entre mis manos -. Me prometí a mí mismo que no pararía hasta encontrarla pero te conocí a ti y supe que era el momento de dejar de buscarla, si te tenía a ti no necesitaba a nadie más - enternecida acaricio su mejilla antes de depositar un leve beso en sus labios -. En fin, voy a llevar esto al camión - murmura antes de levantarse pero justo antes de que salga de la habitación recito las siguientes palabras de memoria.

   - Eres la mejor del mundo mundial - digo y Pietro detiene su paso y voltea la fotografía y termina por mí, leyendo la caligrafía infantil al reverso de la foto.

   - Felicidades abu - él se gira y me mira -. ¿Cómo sabías que ponía eso? 

  - Supongo que una recuerda el regalo de cumpleaños perdido - la boca de Pietro se abre de manera desmesurada y yo rompo en carcajadas -. Sí, Pietro, la nena de la foto soy yo - de su boca sólo se escapan balbuceos que provocan ternura en mi ser -. Así que sí, tenías razón: ella será tu esposa.

De una vez por todas Pietro reacciona, y he de reconocer que lo hace de la mejor manera porque sus labios atacan los míos durante un buen rato y sólo se separan para decirme lo mucho que me ama. Jamás creí que mi pequeño regalo extraviado hubiese acabado e las manos del amor de mi vida, supongo que son cosas del destino.