2

25 6 2
                                    

El temible y maldito jueves comenzó de una mala manera; mi auto se descompuso, y a las seis de la mañana, cuando se supone que estaría de camino al aeropuerto, Jerry a regañadientes envió un auto a mi rescate.
Cargué mis grandes bolsos en el maletero del coche con la ayuda del conductor, y salimos rumbo al aeropuerto.
El recorrido de quince minutos se me hizo demasiado corto, pero aún así me dio cierto tiempo para pensar en lo que haría. No mantendría un perfil bajo como Jerry y su estúpida empresa quería.
Desde la última vez que vi a Harry y Louis, roforcé mi teoría de que necesitan un empujón, en especial el último nombrado. Aunque, por sus gélidos ojos al mirarme, estoy segura de que no siente ni una gota de empatía hacia mi persona.

-Hemos llegado, señorita.- dijo el conductor, llamando mi atención.
Apenas bajé, vi a Jerry parado en las puertas principales del aeropuerto, y puedo decir con seguridad que mi presencia no le es muy grata, a juzgar por su ceño fruncido. Pude comprobarlo al entrar.

-¡¿Dónde demoños se encuentra tu puntualidad?!, ¡¿la haz perdido en algún lugar?! ¡porque nunca llegas a tiempo cuando hay reuniones importantes!.- dijo el cabrón apenas lo tuve frente a mi, elevando su tono de voz.

-¿Qué puta parte de "mi coche se descompuso" no entendiste?.- pregunté al igual que él antes lo había hecho, pero sin subir el tono. Ignoré el resto de sus insultos. -Cuando termines con toda tu mierda súbete al próximo avión que te lleve a Miami, nos veremos allí.- dicho esto, comencé a buscar junto a Louis la plataforma por donde abordaríamos el avión.
Lo miré de reojo y noté que se reía mientras meneaba la cabeza de derecha a izquierda. Sonreí pensando que ya no le caía tan mal.
Luego de unos minutos vagando por el monstruoso aeropuerto con Jerry pisando nuestros talones, Louis encontró la plataforma, y después de veinte minutos de chequeo, subimos al avión y emprendimos viaje a Miami.

 Beard 《Larry Stylinson》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora