Ese Bastardo

4.

                  

Todos nuestros amigos ya lo conocen y saben bien qué tipo de persona es él. Cualquiera podría darse cuenta de que es un bastardo incluso a kilómetros de distancia. Es tan obvio. Se nota en su forma de hablar, de ser, de relacionarse con otros y en el hecho de que cambia su personalidad según con quién esté, entre otras cosas. La única que no lo nota es ella.

Dicen que el amor es ciego y ella está tan ciega.

Odio que no me entienda, que no lo vea como yo, como todos. Me enoja que ni siquiera lo intente. Debería darse cuenta de que hay una razón por la cual todas las personas que la quieren lo detestan. De todas formas, ya nadie intenta disuadirla de seguir con su relación. Todos la consideran lo suficientemente capaz para tomar sus propias decisiones y afrontar las consecuencias.

Él no es importante para nosotros. Nadie habla de él cuando nos juntamos y hoy no será la excepción. Por suerte, ella nunca dejó de salir con nosotros, sus amigos. Somos un grupo unido y nos vemos seguido. Excepto durante los exámenes, nunca están de más las actividades en grupo como ir al karaoke, organizar un picnic, cenar o salir a bailar.

Una parte de mi mente sabe que él tampoco hubiera querido que nos dejara de ver, no la querría todo el tiempo a su lado, sin separarse, ni que ella estuviera siempre pendiente de él, siendo que la engaña. Este pequeño pensamiento oscuro no alcanza para arruinar mi noche de diversión junto a mis amigos. Vuelvo a mi casa completamente borracho, empapado en sudor y exhausto de tanto bailar, pero feliz y con fuerzas renovadas para seguir esperando.