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Aquel día me tomó de la mano por primera vez.

— ¿Te puedo acompañar a tu casa Valeria?

— Con gusto

Salimos de aquella plaza y el me tomó de la mano, presumiéndome como si fuera su novia

Nos encontramos a varios de sus amigos, algunos drogándose, otros tomando, y algunas otras chicas simplemente vagando por las calles.

— ¡Israel! ¿qué haces por aquí?, pensé qué estarías con alguna de esas chicas que están a la vuelta ofreciendo esos servicios en los hoteles, ¡eh! — Carlos, uno de sus amigos que estaba pacheco se lo había dicho gritando a Israel, Carlos seguía drogándose y después le gritó otra vez — ¿O ya andas con ella?

A lo que él respondió:

— Jamás estaría con alguna de esas chicas de la vuelta, simplemente si quiero sexo se lo pido a alguien y ya. No tengo por qué andar pagando.

Y él lo había dicho con todas las palabras, SEXO, si el lo quería, se lo pediría a alguien y no tendría que andar pagando. Prosiguió:

— Aún no ando con ella, ¿por qué lo preguntas?

— ¡Ehh! ¡Hay presentes Israel, no tienes por qué decir que vas a pedir sexo a cualquiera y que ella te complacerá, ¡tienes a tu novia! Lo digo por qué vienes con ella sólo, y tú siempre qué...

Israel interrumpió:

— ¡A ver! ¡cállate! ¡no tengo por qué darte explicaciones a ti!

— ¡Pero si soy tu amigo!

— No lo eres cuándo estás drogado, mírate, por favor, ¡tienes qué dejar eso!

Ambos nos fuimos de ahí inmediatamente.

Él rompió mi corazón de mil maneras.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora