xi.
Arañaba paredes. Hería gente. Destruía muebles. Fumaba corazones. Esa empezó a ser su rutina diaria. Y lo peor de todo es que nadie la ayudó, sólo se preguntaban; ¿hasta cuando aguantará?
xi.
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Arañaba paredes. Hería gente. Destruía muebles. Fumaba corazones. Esa empezó a ser su rutina diaria. Y lo peor de todo es que nadie la ayudó, sólo se preguntaban; ¿hasta cuando aguantará?