Segunda Parte

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Cuando levante la cabeza mi madre me estaba mirando fijamente con cara de espanto, mire el suelo y allí estaban los dos dientes, tirados en el suelo rodeados de sangre. Cuando me di cuenta mi madre estaba llorando y me decia

-Tato, tus dientes tato tan joven es re dificil arreglarlos-

Y yo me sentia mal, ella no paraba de decirme eso una y otra vez. Ella siempre me decia que cuide mis dientes, que eran únicos, que si se caían no volverían a crecer, y esas cosas. Yo siempre fui medio pelotudo y no le hacía caso, y bueno.

Enseguida ella me ayudo a levantarme y me hiso subir otra vez al departamento, me hiso lavarme la boca y sentarme en el comedor, mientras ella llamaba al dentista para pedir un turno, y a la escuela para avisar que no iba a ir. Se sentia horrible, como si algo te faltar, aunque de verdad te falte medio par de dientes.

Mi madre colgó, me agarro del brazo y me llevo al ascensor, bajamos, me subió al taxi y me llevo al dentista. Este era un amigo de mi padre de varios años ya, y siempre que lo veía me cagaba a pedos por la poca higiene dental que tenía. Así que, luego del sermón inicial, el dentista me sentó y se puso a trabajar en mi boca. Estube 1 hora y cuarto ahí metido, pero valió la pena, mis dientes estaban como si nada les ubiese pasado, mi madre luego de pagarle al dentista me agarro otra vez del brazo y me llevo a la casa de mi tia, ella tenia que ir a. Trabajar, y yo todavia no era lo suficientemente responsable para quedarme solo en mi casa, encima con el cargo de tener que tomar el remedio que me dio el dentista.

Esa fue una tarde increíble, mi tía cocinaba exquisito, e ir a su casa era una bendición, toda lo comida que pidiera iba a estar frente a mi en minutos, y la tele, no se si les conté que no tenía tantos canales como mi tía, yo en mi casa solo tenía canal 13 de santa fe, y mi tia tenía contratado el servicio de televisión por cable, fue una tarde hermosa.

Es decir, por un lado la campera hiso que me rompa dos dientes, pero despues medió a mi tía y sus montones de comida, que exquisitez

Pase muchas cosas con esa campera, y les aseguro que se las contaré todas, pero de a poco, capas que les cuente la vez que casi me choca un colectivo, o cuando un chabon que no conocía me regalo unos auriculares, no se, vas a tener que seguir leyendo para averiguarlo.

La campera verdeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora