She is Emma

11.

—El ser humano es débil. Posee demasiadas debilidades. Una de ellas... Es el amor. —dijo el profesor Henry, de biología, mientras entraba al aula— Qué me dicen del amor, un extraño sentimiento que todos en un momento u otro experimentaremos.

—El amor te pone estúpido. —opinó Peyton, una chica rubia sentada unos puestos detrás de Emma.

—El amor lo es todo, sin amor no hay felicidad. —dijo otro.

—El amor no existe. —habló Jack, haciendo que la clase quedara en un completo silencio.

—¡Emma! ¿Compartes la opinión de tu compañero Jack?

—N-no. El amor si existe, todos lo sentimos, tenemos y recibimos amor. Otros en menor manera que otros, pero lo hacen. El punto está cuando no lo demuestran y cuando arruinan todo a causa del sentimiento en cuestión.

—Pues yo creo —comenzó Jack— que el problema es cuando lo demuestran, sabiendo que no son correspondidos.

—No siempre es así. A veces si son correspondidos, pero la persona es tan estúpida que prefiere hacerse a un lado y seguir con su vida, humillando al otro. —Emma defendió su postura. Escuchándose el típico 'Uuhh' por parte del resto de la clase. El profesor Henry solo se sentó sobre la mesa del maestro, cruzando los brazos sobre el pecho.

—Hay personas a las que les gusta ser humilladas.

—No. A ellas no les gusta ser humilladas frente a todos, ser una idiota que deja que la pasen a llevar, sólo porque aun siente algo por esa persona. Algo muy estúpido, lo sé.

Y sin decir más, Emma tomó sus cosas y salió del aula, con las lágrimas picando sus ojos.