Capítulo 3

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Pasaron aproximadamente 6 minutos en un profundo silencio incómodo con aquel chico-el cual se me hace muy conocido, creo que lo he visto en el instituto- hasta que siento la presencia de alguien más. Rápidamente giro mi cuello, para darme cuenta de quién es la persona.

Zarah.

-De está no pasa, Ashley.- Y antes de que pueda hablar, me derrama todo su refresco en mi ropa.

Me quedo perpleja sin saber que hacer, la vergüenza y la rabia se apoderan de mi.

-¿¡Qué crees que estas haciendo!? ¿¡Estás loca?!- espeto molesta, tratando de quitarme algunas gotas de mi cara.

- ¿Acaso ya lo has olvidado, pequeña zorra?-Dice con un tono de superioridad.

-No se me pasa por la cabeza el qué coño te hice yo.-Respondo. El diminutivo que acaba de ponerme me molesta bastante.

Me encuentro tan distraída discutiendo con la zorra de Zarah que no me doy cuenta cuando el chico que estaba junto a mi se va y vuelve con algo para limpiar mi ropa mojada.

-Aquí tienes, limpiate - Dijo él en un tono dulce que me causa escalofríos.

El chico le dio una mirada asesina a Zarah, dándole a entender que se fuera.

-Gracias.- Le doy una pequeña sonrisa.

-Mucho gusto, soy Damián- dice estirando la mano a modo de presentación.

-Soy Ashley- Estiró la mano y nos la estrechamos.

Para este momento Zarah ya se había ido.

Tiene un acento británico, lo que me indica que no nació aqui en Washington. Su piel es Blanca, tiene cabello negro y ojos verdes y es un poco alto. Para resumirles, es un chico muy apuesto.

Después de eso nada paso. Sin más voy caminando hasta que siento un brazo sujetando mi chaqueta.

-¿Podríamos encontrarnos en el parque luego?, Necesito hablar contigo- Preguntó Damián.

-Ah bueno- respondí, me cogió desprevenida esa pregunta, me soltó y comencé a caminar.

Me dirigí al parque para esperarlo, me senté en una pequeña banca, a mi lado pude escuchar una conversación de una pareja, supongo.

-Es verdad... Te digo que él tiene algo raro, me miraba super extraño en toda la clase- habló una chica rubia.

-Susan... no sé, él es raro y eso medio Instituto lo sabe, ¿por qué te alteras?- habló el chico tratando de calmarla, la rodeó con los brazos.

Reconozco a esa pareja de inmediato, son los más populares del colegio: Susan y David. Susan tiene cabello mono y ojos cafés. David es alto con cabello negro, piel Blanca y ojos verdes.

-¡No!- empujó al chico- ¿Por qué rayos no me crees?, Ese chico tiene algo raro, además...

-Te dije que Damián es normal, que le gusta la soledad es una cosa, así que ya deja eso.

Los dos caminaron hasta perderlos de vista, ¿será verdad eso?¿se refiere al Damián que apenas conozco?, esas y otras más dudas llenaban mi cabeza. Tal vez aceptar la invitación de alguien que apenas conozco no es una muy buena idea.

Pasó el tiempo, ya estaba tarde y nada que aparecía, me levante de mi asiento algo molesta, de igual forma ni quería verlo.

Empecé a caminar hasta que unos metros más adelante escucho a alguien gritando y suplicando, desde mi lugar pude ver a una chica tirada en el suelo y un sujeto encima de ella.

-¡PARA, POR FAVOR, TE LO SUPLICO!- gritaba, mientras yo sólo veia.

-En serio piensas que con unas simples palabras vas a evitarlo... Susan.

Mis ojos se abrieron de golpe al escuchar aquel nombre, era la chica del Instituto. El miedo me invadia, no podía moverme, quedé ahí mismo petrificada. De un momento a otro siento el agarre de alguien detrás mío...

Tras Las Huellas De Su Corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora