Me dirijo con lentitud hasta el Instituto, no tengo ningún afán ni interés en llegar. El tiempo pasa y siento que Llego rápido; me aburre mucho, misma gente, típicas chicas que se creen lo mejor por meterse con tipos mayores, profesores que se quejan y más, oh! Y claro, nunca faltan los novios que se juran el amor eterno y a las tres semanas están rompiendo.
Llego a mi primera clase, la gente está en silencio, sólo se escuchan unos pequeños murmullos, aún así no les pongo cuidado; me senté en mi asiento de atrás y me puse los audífonos. Me sumerjo en mis pensamientos cuando oigo la voz del maestro Scott.
-Señorita Ashley, podría prestar atención al menos por una vez en su vida?
Lo mire de mala forma y me quité mis audífonos, como molesta este señor.
Empezó a explicar, no le puse mayor atención ya que estaba mirando la ventana, realmente es más interesante que poner atención.
Me concentró en lo que hay en el exterior. Una sombra logra llamar mi atención. No sé quién es, ni tampoco quien pueda ser, pero puedo sentir su mirada penetrante. Es como si estuviera leyendo mi pasado, como si estuviera viendo a través de mi alma. Estamos totalmente conectados, pero un estrépito ruido logra llamar mi atención.
-Señorita Ashley, me veré obligado de mandarla a Rectoría. Usted no me presta atención y este tema es bastante importante. ¿Qué acaso no le interesa? - dice mirándome fijamente.
Vuelvo a mirar al exterior y ya no veo absolutamente nada así que volteo la mirada y me encuentro con los ojos de un maestro molesto.
-Realmente ya sé lo suficiente de ese tema-Hago una pausa.- Pero, está bien, creo que entonces me iré...
-Demuestre que sabe lo suficiente Señorita Ashley.- Dice interrumpiendo.
Lentamente me levanto de mi asiento. Le lanzo una mirada desafiante al Maestro, y este me mira con asombro.
Pasó al pizarrón, del cual tomó una de las tizas que hay. Empiezo resolviendo una de las ecuaciones que ahí habían.Cuando terminó, volteo a mirar al maestro con la misma mirada desafiante que anteriormente le había lanzado.
-¿Ahora me cree, Maestro Scott? Ahí está todo lo que estaba explicando, y he de admitir que está más que perfecto.-Digo con un tono de superioridad.
-B-Bueno- Dice derrotado.
[...]
Después de un día tan aburridor en el Instituto, me decido a ir a algún Lado para distraerme un poco. Estoy tratando de descifrar qué fue lo que me pasó está mañana en el cuello y de quién era esa sombra que ví.
Llego a una cafetería que queda cerca a mi casa. Me dirijo a tomar asiento en una de las mesas libre, realmente es una cafetería muy pequeña y a mi parecer es muy cómoda.
Una joven alta me recibe con una sonrisa en su cara.
-Hola, bienvenida. ¿Qué deseas beber?-dice entregandome el menú.
Miro cada una de las bebidas.-Traeme un capuchino. Gracias.-Digo entregandole el menú.
Me pierdo en el sonido que me transmiten los audífonos. Es como si estuviera en físico, pero no mentalmente.
-D-Disculpe señorita, acá está su capuchino.-Dice observandome fijamente.
-Gracias- digo recibiendo la bebida, Ella me observa extrañada, y luego se va.
Pienso en tantas cosas, últimamente he de admitir que he estado muy pensativa, aún más con mi extraña herida, y es curioso, ya que me he mirado en el espejo y no la tenía. La verdad pensar en lo extraño de la situación me preocupa bastante.
Una mano en mi hombro me saca de mis pensamientos.
-¿Está ocupado el asiento?- Dice un chico señalando el asiento que se encuentra en frente de mi. La verdad me extraña, después de todo no lo conozco, aunque hay algo en sus ojos que me hace sentir incómoda, es como si lo hubiera visto antes.
-N-no, puedes usarlo.-Digo dándole un sorbo a mi bebida.
El chico se sienta en la misma mesa en la que yo estoy lo cual se me hace demasiado raro ya que aún quedan 2 mesas desocupadas.
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Tras Las Huellas De Su Corazón
RandomTodo el mundo tiene sueños, el mío es sentir como su corazón se desangra en mi mano.