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-Rápido, rápido, toma esto y vete-Troye agarra la bolsa de su compañero, Frank, y corre lo más rápido posible para huir a su llamado "hogar".

Él no sabia que podía haber en aquella bolsa, y se preguntaba a su vez que podría ser ¿drogas? ¿dinero? Capaz, ya que le habían dado de recompensa por haber robado algo de dinero a un alumno de su escuela en su misma casa mientras éste estaba ebrio.

Al llegar a su casa, Troye, trepó hasta la ventana de su habitación para pasar. Su familia no lo notaría, además era un disturbio; su madre se emborrachaba la mayoría de los días y faltaba a su trabajo recurrentemente, su padre se liaba con otras mujeres y nunca estaba en ésta casa (una de las tantas razones por la cual la madre se emborrachaba) y su querida hermana de tan solo doce años, ella era normal, Sage, pero a Troye no le gustaba lo normal, su refrán siempre fue "las mejores personas están realmente locas". Sage se solía preocupar por su hermano cuando no asistía a clases y tampoco estaba en su casa, él siempre le dijo que no se meta en sus asuntos.

-¿Troye?- era Sage desde la puerta- Me prometiste que ibas a comer la cena conmigo...

Inmediatamente Troye esconde su bolsa inespecífica debajo de su cama de sábanas azules y abre la cerradura de su puerta. Sage había llorado, y se notaba por su rostro.

-Debes dormir, tienes que ir a la escuela mañana.

-Tú también, ¿en dónde has estado?- Sage responde con intriga.

Cada vez que le preguntaba aquello, él siempre se tensaba y sus nervios aumentaban tenía miedo de comentarle la verdad; que su querido hermano estaba completamente loco como toda su familia. No quería decepcionarla.

-Sage... Ve a dormir, por favor.- ella corrió hasta su habitación mientras lloraba, Troye solo cerró la puerta de su habitación y sacó la bolsa.

Era dinero, no más de mil dólares junto con dos botellas de cerveza. Le resultó normal, pero no cumplió con lo que quería en si, tampoco podía reclamar. Tomó un par de tragos de una botella y se recostó en su cama mientras que él sueño le ganaba.

(...)

Su madre no estaba en la casa, así que Troye y Sage se fueron caminando al instituto Kelyn, no hablaron durante todo el camino. Troye iba con las manos en sus bolsillos de su suéter gris que le caía hasta un poco más de su cadera y hacía que su jean se opacara un tanto. Sage iba con la vista caída hasta sus botas marrones que combinaban con su pelo de éste color.

-¡Vamos al parque!-chilló Sage-¡Va a estar Lily!

-Faltan quince minutos para que ingresemos al instituto y no quiero ir... Vamos al parque.

Corrieron hasta él y Sage se fue hasta los columpios rosados con verde que gracias a su ruido hacían que Troye se molestará, el rizado saca de su bolsa azul una caja de cigarrillos junto a su encendedor un tanto oxidado y se sienta en una banca vigilando a su hermana que sonreía junto a Lily. Lentamente aspiraba y despedia el humo del cigarro.

-Tendrías que dar el ejemplo a tu hermana, Mellet, ¿no?- no conocía al joven que le hablaba, sus ojos verdes le intimidaban junto con su sonrisa traviesa, suponía que era el hermano de Lily.

-Cierra el pico- Troye no paro de fumar- ¿quién eres?

-Connor Franta, hermano de Lily- él se sienta al lado de ojiazul- ¿tú eres Troye?

-Exacto. ¿Está noche estás? Hay una fiesta en la casa de un conocido.- propuso el rizado.

-Invitas a desconocidos, genial. Estaré disponible luego de las nueve, toma mi número y me llamas.- Connor abrió la mano de Troye y colocó un papel con su número en él.

-Nos vemos, Connie Frannie.- él ojiverde le sonríe y Troye se va de la banca.




Crazy Troye «tronnor»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora