Era casi tan divertido ver como sus bocas se abrieron al mismo tiempo. Ella me miraba con los ojos muy abiertos. Estaba tan nerviosa.
-¿Q..Qué? -Lyndsie balbuceo nerviosa.
-Soy una princesa -repetí como si fuera la cosa más normal del mundo. Bueno me sentí nerviosa, pero no tanto como ahora al principio.
-¿Qué quieres decir con una princesa? -Pregunto Dámian.
-Si, una princesa. La princesa de Prietocci-Empecé a explicar -Estoy aquí en esta ciudad porque estoy huyendo -hubo una pausa cuando Lyndsie empezó a reírse fuertemente.
-Oh Dios, Aubrey ¿De verdad que estamos locos? Como dicen los demás.
-¡Si! -Dámian también empezó a reír.
-Casi me lo creo - ellos seguían riéndose. Yo no estaba riendo junto a ellos. En cambio los miraba de forma extraña. Cuando Lyndsie y Dámian se dieron cuenta de que yo no reía, se detuvieron. -Se trata de una broma ¿Verdad? -Lyndsie preguntó vacilantemente. Negué con la cabeza.
-No... Es...te -empecé a tartamudear. -Es cierto, soy una princesa.
-No, no, no ¡NO! -Exclamó -Por fin tengo una amiga y luego ella es una loca -Ella levanto las manos en forma de decir que he hecho Dios para merecer esta amiga.
-¡No estoy loca! -Grite con poquito de rabia.
-Aubrey ni tu misma te crees que eres una princesa -Dijo Dámian -¿Te sientes bien? -Él coloco su mano en mi frente.
-¡Basta! -Quite su mano con rabia -Si no me quieren creer, está bien.
-Quiero creerlo -Dijo Lyndsie -¡Pero no puedo!
-¿Por qué yo iba de mentir con algo así?
-Ni idea ¿Tal vez porque es una mentira genial?
-No es genial -Dije indignada -No puedo ir a ningún, no puedo decirle a todo el mundo lo que soy, no puedo caminar por la calle con seguridad. No puedo regresar a mi país por algunas razones. No puedo ser la chica que era antes, ni comportarme como una princesa porque en esta ciudad todo es diferente a mi país, no tengo todos los privilegios que tenía en mi país. Y como eso fuera poco que Ransom James, si escucharon bien Ransom James es mi nuevo guardaespaldas ¡¿Me puede decir que es lo genial en eso?! -Lyndse y Dámian miraban sorprendidos. Puse mis manos en mi cadera enojada -¿Y bien? ¿Dónde esta parte genial?
-¿Qué has dicho? -Lyndsie exclamó desconcertada.
-Dije que no hay nada genial en esto.
-No, antes de eso. Algo sobre Ransom James.
-Oh, Ransom James. Si Ransom James el estúpido y arrogante jugador de futbol, él es mi nuevo guardaespaldas. -Lyndsie me agarro de los hombros.
-Que buena broma, pero esta broma no tiene gracia -Lyndsie dijo histéricamente. Quite sus manos de mis hombros.
-¡Fue solo una broma! -Dámian se dejó caer al suelo y suspiro y Lyndsie se sentó junto a él. Nos quedamos en silencio por un momento.
-¿Hace cuánto eso? -Lyndsie pregunto después de un tiempo. Suspire y me senté en el suelo.
-¿Toda mi vida, creo?
-Oh Dios mío -Dám gimió suavemente. -¿Por qué no habías dicho nada?
-No podía decirlo. Lo siento chicos. -Dije arrepentida -¿Me creen ahora? -Lyndsie suspiro y me agarro la mano.
-Te creo amiga -dijo. Le sonríe.
-Lo siento mucho. Realmente les quería decir.
-Lo entiendo -Dam dijo. Por más extraño que parezca me sentí completamente segura en este cuarto de escobas. Yo estaba realmente aliviada. Nos quedamos en silencio por un momento y haber escuchado los pasos por el pasillos sonreímos en forma de complicidad, parecíamos tres pequeños niños, seguros eran algunos chicos pasando por el pasillo no creo que sea Ransom o tal vez es la señora de la limpieza. -Uhm -Dám dijo después de un largo silencio -¿Desde cuándo Ransom James es un guardaespaldas? -Me reí, porque era la pregunta más lógica que nadie había preguntado ni siquiera yo. Sonaba extraño decir que él era un guardaespaldas.
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AUBREY
JugendliteraturSalvando a una Princesa Aubrey Cavicchi no es una adolescente normal. A primera vista lo parece, pero cuando miran a través de su pasado encontraran algo más. Ella es una princesa; Hace un año tenía su vida tranquila en su propio país Prietocci...