Capítulo1: Ezio

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Cuando el hombre al que había atendido la noche anterior se retiró finalmente de la habitación tras agradecerle sus servicios e indicarle que en el primer cajón de la mesilla había dejado sus honorarios dentro de un sobre, cerró la puerta de la lujosa habitación del hotel y se quedó finalmente sola. Aquella noche había sido larga, demasiado intensa y, por ello mismo, esperaba que hubiese dejado una cuantiosa propina que inflaría aún más sus altos pero justos honorarios. Descalza, caminó hacia el cajón más por no olvidar el sobre dentro de este que por saber lo que le había pagado. Nunca miraba eso en el hotel o delante de los clientes, le parecía de mal gusto pese a estar sola en aquel momento y sin nadie invadiendo su intimidad. Con la idea en mente de que necesitaba un descanso, se acercó a la ventaja y pudo vislumbrar la preciosa ciudad de Roma despertando, acompañada de una fina capa de lluvia que le daba un aire trágico y teatral. Aquella idea, le llevó a otra. Iría esa tarde al teatro. Era domingo, no había concertado ninguna cita y tampoco tenía prevista ninguna para la mañana del lunes, por lo que podría permitirse el lujo de descansar. De dedicarse un día para sí misma. Con un mundo idílico viajando por su mente, se acercó hasta la cama y se sentó en ella casi al tiempo que alargaba el brazo para coger el móvil que descansaba en silencio sobre la mesita de noche. Sin demasiada prisa, desbloqueó la pantalla y parpadeó con rapidez al ver que tenía varias notificaciones que le habían llegado a lo largo de la mañana: Un mensaje de Andrea y otro de Chiara al whatsapp, varios mensajes de publicidad que odiaba y de los que siempre olvidaba que estaba suscrita por error y, por último, un mail con un remitente desconocido que le había indicado como asunto "Mi nombre es Ezio y me gustaría poder contar con usted" Movida por la curiosidad pese a que sus planes pudiesen irse de paseo, pulsó sobe la notificación pertinente y, automáticamente, se abrió el gestor de correo, revelando el contenido de aquel mail que se le antojó larguísimo en la pantalla del móvil.


De: Ezio

Fecha: 10 - 04 - 2016 09.30

Para: Halia

Asunto: Mi nombre es Ezio y me gustaría poder contar con usted

Buenos días Halia:

Sé que es domingo y que es demasiado pronto, pero me urgía contactar con usted. Sé que nunca lleva a cabo una cita o un encuentro sin haber acordado algo previamente, pero, en este caso, tan solo requiero de su compañía. Sé que seguramente se negará a ello. No me conoce, y yo en su lugar también lo haría, por lo que, si no le importa leer, haré una breve presentación para que al menos no le resulte un completo desconocido.

Mi nombre es Ezio, aunque eso ya lo puse arriba. Al contrario de lo que pueda parecer, soy mayor de edad, bueno, por solo dos días, pero lo soy. La verdad es que no sé cómo hablar de mí. Soy el hijo menor de una familia de empresarios que se dedican a la fabricación y distribución de vehículos de lujo y, al contrario que ellos, no quiero seguir con el negocio familiar. Desde pequeño mi gran pasión ha sido la música y me encantaría dedicarme a ello. Pero, para mi familia, eso es una pérdida absoluta de tiempo y el que mis hermanos sean mucho mayores que yo, y exitosos hombres de negocios, tan solo hace que las cosas sean más difíciles para mí.

¿Por qué le cuento todo esto? Por pura desesperación. Hoy es el bautizo del tercer hijo de mi hermana mayor y, hasta ayer por la noche, yo tenía excusa para no asistir: un concierto de piano que ha sido cancelado porque el organizador ha sufrido la pérdida de un familiar cercano y, obviamente, acudirá al sepelio.

¿Qué necesito de usted? Su compañía. Solo eso. No quiero ir solo. En mi mundo ideal usted sería mi novia y como mucho tendría que darme la mano en público y recibir algún que otro beso en la mejilla de mi parte. No pretendo nada más que el no ser el centro de atención y que me dejen en paz por una vez.

HaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora