Desperté totalmente envuelta en una de las sabanas. Miré curiosa el techo de la habitación y me giré hacia la izquierda para ver a Adam durmiendo plácidamente.
Una sonrisa tonta se dibujó en mi cara. Me estiré manteniendo la sabana sobre los hombros. Una punzada en el cuello me molestó y me incorporé en la cama. Posiblemente me había torcido.
Y la razón había sido...
—¡Oh Dios! —me envolví más en las sabanas y entre tanto movimiento, me caí de la cama—. ¡Vaya mierda!
Me quedé callada unos segundos, por si había despertado a Adam, y al no escucharlo moverse me puse de pie con mi montón de sabanas.
Corrí hacia el tocador y mientras rebuscaba en los cajones mi ropa, me miré en el espejo.
—¿Pero qué...? —me acerqué demás y miré mi cuello. Toqué la zona morada—. Por lo menos no duele... Parece un moretón. ¿Me golpeé con algo...? —la escena de Adam besando mi cuello anoche regresó—. ¡Oh Dios! ¡No puede ser! ¿Cómo voy a cubrirlo...? No tengo maquillaje... No tengo nada.
—Mm... —se quejó Adam removiéndose en la cama. Tomó mi almohada y la abrazó como un bebé.
—¿A quién le pido ayuda? —murmuré caminando alrededor de la habitación, trayendo conmigo de un lado para otro las sabanas—. ¡Una bufanda! Debo tener... —corrí nuevamente a los cajones.
Encontré una linda bufanda blanca e inmediatamente me la puse alrededor. Y mientras lo hacía, torpemente dejé caer las sabanas.
—¡Mierda!
—Es una linda vista —exclamó Adam. Lo miré asustada y me agaché a recogerlas, cubriéndome con desesperación—. Me refería a la que está en la ventana tonta, aunque claro... No hay nada que no hubiese visto anoche debajo de esas sabanas —me sonrió.
—¡Cállate! ¡No!
—Te levantaste temprano, algo nuevo en ti —rió—. Son las siete y media de la mañana... Solo regresa a la cama y duerme —balbuceó acomodándose para retomar su sueño.
—Quiero por lo menos vestirme —respondí avergonzada.
Antes de que Adam me respondiese mi celular sonó. Miré confundida el aparato. ¿Las llamadas llegan hasta acá? Por lo visto si..
—¿Hola?
—¡Pero si es mi bella Bella! —gritó Gastón en el teléfono. Sonreí ante su saludo y me senté en la cama.
—¡Hola!
—¿Cómo va todo? Ya sabes, si Adam te toca me hablas para partirle la cara. Quiero conservar a mi pura amiga —habló. Y sabía por qué decía eso.
—Hola todos —dije. Se escucharon bufidos y sonreí—. Pobre de Gastón, no lo usen de esa forma...
—¡Bella! ¡Bella! ¡Adivina qué! —gritó Sullivan—. ¡Conseguí unas asombrosas entradas al concierto de Ed Sheeran que es este mes! ¡Segunda fila, mujer!
—¡Segunda fila, asombroso! ¡Sullivan te adoro! ¡No lo puedo creer! —reí emocionada. Escuché a Adam entrar al baño y suspiré.
—Sucedió algo, ¿no? —preguntó Sullivan tomando seriedad.
—¿Eh? No, ¡hip! —mierda.
—Esta bien, solo recuerda que tu primer hijo debe llamarse Ed y que yo seré el padrino —rió—. Y en todo caso el padrastro —agregó bromeando.
—¡No voy a quedar...! —me detuve al darme cuenta de que había alzado la voz y reí—. No voy a quedar embarazada en estos momentos —murmuré.
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BELLA & ADAM
Teen FictionSegunda parte de: La Bella & La Bestia (en mi perfil la pueden encontrar). Estar casada con un chico frío, egoísta y molesto, no es perfecto. Estar casado con una chica extrovertida, alegre y adorable, podría ser perfecto. Bella y Adam, son una par...