Capítulo 29

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NARRA BROOK:
- y Elennor?- pregunté.

- Cooper y ella se pelearon y la chica se fue corriendo.- dijo Tom.

- y Cooper?

- salió muy furioso, hacia no se donde.

- gracias Tom.

NARRA EMILY:
Tengo tantas dudas en mi cabeza, que pensarlas me hace doler la misma.

¿Como vine a parar hasta aquí?

Me agarré la cabeza, cerré los ojos y me estiré para atrás...

Aquel fuerte dolor en la cabeza no cesaba y no parecía retirarse.

Toque el botón que alertaba al departamento de enfermería del hospital.

- nos llamó señoría?- me preguntó la enfermera.

- aaaaay, si- si- sssi- me retorcía de dolor.

- vaya, vaya, ya le aparecieron los dolores en la cabeza... no es raro y podemos solucionarlo...- me tendió una pastilla azul y un vaso con agua. Agarré, bebí el agua, coloque la pastilla en mi boca y tome el agua.

- en breves minutos le pasará el dolor, mantenga la calma.- se retiró dejándome sola en la habitación.

El dolor se fue retirando de a poco y mis ojos fueron cerrandose lentamente, mientras el sueño se apoderaba de mi cuerpo.

Durante el sueño...
Me encontraba en una casa abandonada, oscuridad por doquier.

El viento se hacía escuchar, era otoño, parecía saber donde estaba.

Caminé uno, dos, tres, cuatro pasos hacia la izquierda y empecé a tocar la pared en busca de un interruptor para encender las luces. Las hallé pero no pasaba nada, busqué mi teléfono móvil y encedí la linterna.
Caminé en busca de la caja donde debería estar el interruptor general que soltaba la energía eléctrica y la repartía a toda la casa.

Una vez con las luces prendidas y la electricidad liberada para toda la casa, recorrí cada habitación de la planta baja de ese domicilio abandonado.

Una voz me sobresaltó.

-emily? Se que me escuchas solo quería decirte que estas en peligro, ten cuidado con quien te juntas o quien se te acerca. Te llamas Emily McPherson y tienes dos hermanos Cooper y Brooklyn.

Sentí que iba despertandome y ya no pude hacer ninguna pregunta.

- Emily? Cómo estás? Te sientes bien? Quieres algo?- un chico me interrogaba.

Me pregunto si tantas preguntas nacían de él por el momento o las había pensando y practicado antes de hablarme. Se notaba en la mira y en sus expresiones que estaba preocupado y a la vez alterado.

- porque no te las pregunto yo a ti? Te has mirado en un espejo? Estas.... fatal.- le dije.

Esa mirada, esas ojeras parecía un loco, un somnoliento muchacho, un chico que consume drogas o que sufría alguna crisis nerviosa.

-si estoy bien, exceso de energía, nada más...

- pareces mapache y me dices que estas bien? Porque no vas a tu casa tomas una ducha y te acuestas a reposar, se nota a leguas que eso es lo que estás mendigando.- le conteste. Resopló una risa y me miró.

- me alegra que estés bien.






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