HANNA.
Esto era tan loco.
Verme a mi misma, en la camilla del hospital, mientras mamá lloraba, tomaba mi mano y pedía que regresará.Y lo haré, regresaré.
Las palabras de Eider fueron demasiado confusas, al principio creía que era una mala broma.
Luego vi la realidad.
En estos momentos estoy muerta en vida y no, no como un zombie que come cerebros.Si no un ángel.
Un ángel, que tiene él deber de proteger a alguien desconocido con una vida complicada e infeliz.
Y supe que era verdad.
Algo tan simple pero complicado.
Proteger para morir en paz.Que irónico.
-Tu vida a llegado a su fin, es hora de proteger - las conversaciones que habíamos tenido antes llegaron a mi mente.
-¡Yo no quiero morir!- grite asustada -¡No quiero nada de esto!- mis ojos ardían pero ninguna lágrima salía.
-Hanna, lo siento mucho, pero esto era tu destino - dijo con lastima y sorprendida quede por sus palabras
-Cada vez que te sentías rara, incomoda, no estabas loca, simplemente tu cuerpo presentía esto -Esto no era cierto.-¿Quieres decir que todo esto lo pude evitar si nunca hubiera ido a la discoteca?- pregunte con voz temblorosa.
-Hanna, de ir o no, ya esto estaba presenciado, los Reyes Celestiales ya te habían escogido - dijo -Caminaras como un humano, te verán en carne y hueso pero no vas a sentir y él único sentimiento que tendrás sera amor, pero también hay una condición, ese amor que tienes es para dar y no recibir - explicó.
-¡Como demonios sabré si esto es cierto!- grite alterada -Si ago esto tan estúpido ¿Que gano yo? ¿Que recibo a cambio de todo esto?- quería gritar mas de lo que estaba haciendo.
-Hanna por favor calmate!- suspiró -Esto es cierto, puedes tirarte de un acantilado y no vas a sentir dolor, nada - sus ojos azules cifraban que era verdad -Y lo único que ganaras y recibirás a cambio, va a ser alas. ¿Alas?¿Que tan estúpido sonaba aquello?
La mire incrédula -¿Crees que daré mi vida por alguien que me importa una mierda?- reí con hipocresía.
Su mirada se endureció -Vas a ser un ángel y vas a cuidar de él mejor de lo que intentaste "cuidar" de ti misma - sus palabras fueron seguras de si misma.
Auch.
Si pudiera llorar, estaría con una laguna.
Pero ella tenia razón, yo había sido un fracaso o tal vez ahora muerta lo sigo siendo.Sentí la presencia de Eider detrás, me volteo y ella sonrió en grande.
-¿Lista para volver?- preguntó.
-Cuando moriste y supiste la verdad, te dijeron las mismas palabras?- pregunte con odio. Ella sorprendida agachó su cabeza apenada -Creo que no por lo que veo - quería que se sintiera como una perra.
¿En serio lo dijo? ¿Volver?¿Volver a que?
******
Escucho voces, un llanto.
La voz de Clary llega a mis oídos.Y abro los ojos, No me duele nada, ni siquiera tengo ese dolor de cabeza que siempre mencionan al despertar.
Solo estoy confundida, miro a mi alrededor Clary tiene sus manos escondiendo su rostro, esta sentada en él suelo, mientras pequeños sollozos se escuchan de ella.
-Solo fue un sueño- pensé feliz.
No había muerto, todo fue mentira.
Y como no tenia ningún dolor quise saltar de alegría.Pero Eider apareció, tenia una pequeña sonrisa y negó como si supo mis intenciones.
-¿Eider?- susurré.
Clary al escuchar mi pequeño susurro, levantó su mirada y pude verla mejor.
Tenia grandes ojeras, sus ojos estaban rojos al igual que su pequeña nariz.
-¡Hanna!-grito de alegría y se abalanzo a abrazarme.
Espere por una cachetada al igual que la vez anterior, pero no lo hizo, solo me abrazo con fuerza y susurros de disculpas salieron acompañados de sollozos.
Solo sentía amor hacia ella.
No sentía tristeza, enojo no podía llorar.Sabia que era verdad.
No era un sueño.Sentí una pizca de tristeza... Sólo eso.
Así que no podía con otra emoción, estaba encadenada en contra de mi voluntad.
Seguí abrazándola.
Era lo mas que podía hacer.Después de tener un accidente, mi cuerpo estaba como nuevo.
Era mas que lógico, que una nueva "vida" tendría que asumir.
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Don't
Teen FictionA los 18 años, Hanna Johannson una chica rebelde, con una vida algo cliché, lo único que le importa es salir de casa con sus "amigos", una gran fiesta, alcohol y uno que otro chico. Una mañana, de vuelta a su casa después de una gran fiesta pasa alg...