#04

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- ¡Michael! Dame eso. - Traté de quitarle mi celular pero él lo levantó por los aires.

- Te lo voy a preguntar una vez más hermanita ¿Dónde estuviste y con quién?

Tragué saliva nerviosamente.

- Ya te dije, estaba en la playa y...

- Ajá y por eso llegas al día siguiente y ¡Con un suéter que es de hombre!

- Michael por favor, no le digas nada a papá, me matará sí sabe que estuve con un hombre.

Él soltó un grito.

- ¡¿Cómo se llama?! ¡¿Dónde vive?! Voy a matarlo por tocar a mi hermanita.

- Michael... ya no soy una niña ya tengo 21.

- 21 o los que tengas tú siempre serás mi bebé.

Mike me cargo como un bebé y beso mi mejilla. Mi celular comenzó a sonar y mi hermano respondió.

- Eh preciosa ¿entonces sí nos veremos mañana? Podemos pasar un buen rato y hacer unas travesuras como ayer.

Escuché que dijeron, la cara de Michael se volvió roja iba a responder pero le quité el teléfono y me baje de sus manos.

- Seb, disculpa mi hermano tomó mi celular. Porsupuesto que nos veremos mañana.

- Tú... ¿tú hermano oyó lo que dije? - Escuche que habló nerviosamente. No pude evitar soltar una carcajada.

- Sí, pero el no te hará nada. ¿A qué hora nos vemos mañana?

- ¿Te parece a las 6:00 en mi apartamento?

- Claro, estaré ahí.

- Nos vemos, preciosa.

- Adiós Seb.

Colgué y me volteé para mirar a mi hermano pero, o sorpresa ya no sólo era Michael quien estaba ahí, sino también mi hermano Nathan, y no se veían muy felices.

- Yo... - Comencé a decir, pero Nathan movió su cabeza y corrí a mi habitación encerrandome en ella.

- ¡Abre! ¡Abre la puerta!

Escuche sus gritos pero los ignore y ne tiré a la cama.

- Oh ¡Ya callense! - Gritó mi hermana.

- No, Hanna no. ¡Ayuda!

Oí como corrían y luego un golpe. Me reí y me dormí.

*

- Te extrañe.

Sebastian me tomó de la cara y me beso.

- También yo.

Nos besamos por un buen rato hasta que me cargo hasta la cama.

Comenzó a quitar mi ropa y yo la de él.

- Oh, Seb. - Le dije cuando lo sentí dentro de mi. Después de unos minutos ambos llegamos al límite.

- Me gustas mucho.

- Igual tú a mí. - Le dije y me sonrió.

Miré la hora en el reloj, 10:00 pm. Diablos, tengo que ir a trabajar mañana en la estación de radio.

- ¿Qué pasa? - Preguntó Seb.

- Tengo que irme. - El iba a reprochar pero lo callé. - Tengo trabajo mañana.

Él se dejó caer de nuevo en la cama y suspiró.

- Iré a dejarte a tú casa.

Una vez ya vestidos y en el auto, le indiqué como llegar a mi hogar.

- Wow. - Fue lo único que dijo al ver mi casa. - ¡Esta increible!

Reí por su cara, parecía niño pequeño.

- Tengo que irme, nos vemos luego.

Me acerqué a el para besarlo pero una luz nos alumbró la cara.

- Hola. - Saludo Peter, el odioso de Peter. Él era quién nos apuntó con la linterna.

- Hola, Peter. - Dije de mala gana.

- ¿Tú eres? - Preguntó Peter.

- Sebastian Stan.

Peter le estrechó la mano.

- Eres su ¿novio?

- Eh...

- Sebastian y yo estamos conociendonos.

- Oh, eso me alegra. - Seb lo miró mal. - Yo me voy.

Se alejó de ahí y se fue en su coche.

- No me cae bien.

- A mi tampoco.

Los dos reímos y nos acercamos para besarnos.

- Adiós preciosa.

Saqué mi llave y abrí el portón. Crucé el gran patio y entré a casa.

- Peter acaba de irse.

Oh no.

- Sí, lo vi, papá.

- Hija...

- No de nuevo por favor.

Papá se acercó a mi y me tomó por los hombros, yo era la más baja de la familia.

- Sólo quiero lo mejor para ti.

- Yo... estoy conociendo a alguien más.

Papá alzó las cejas.

- ¿Ah sí?

- Em... sí.

- ¿Cuál es su nombre?

- Sebastian Stan.

- ¿Su padre es James Stan? ¿El dueño de la empresa de autos?

- Eh... no.

- ¿Entonces?

- Él trabaja en una de tus estaciones de radio, él da el reporte del tráfico cada 2 semanas, eh...

Papá hizo una mueca con la boca.

- Bueno, pues... no puedo esperar para conocerlo.

Hizo una sonrisa forzada y se fue de ahí.

Solté un suspiró dejándome caer en el sillón.

Just Married; Sebastian StanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora