Accidente

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Era un lunes 11 de agosto de 2003, la familia Silva Montes viajaba con destino a las playas de Anakena en la Isla de Pascua.

Harold estaba sentado en la ventanilla mientras tarareaba una canción, llevaban varias horas viajando para llegar a la playa. Se sentía solo, probablemente era a causa de Meredith. Su prima no había podido viajar con él ya que su tío Leonel no pidió permiso en su trabajo.

Era un poco frustrante, no tenía a nadie a quien molestar, nadie a quien hacerle bromas, ni siquiera para nadar. Era tan frustrante. Sin embargo, no duró mucho la frustración. Un automóvil impactó la camioneta donde viajaban, provocando un gran estruendo entre los carros. Afortunadamente nada grave ocurrió, todos los pasajeros de ambos autos estaban relativamente bien, con algunas lesiones físicas nada graves. Harold tenía la rodilla un poco inflamada, Meryem; su madre, tenía el brazo lesionado, su padre estaba lesionado de su brazo y pierna. La ambulancia llegó y se llevó a su padre ya que la pierna se había amoratado y estaba de un color azulado.

Observó por la ventanilla como llevaban a su padre en la ambulancia.

Auch – se quejó. Los para médicos estaban aplicándole una solución fría para que bajara la inflamación.

No podrás caminar por un cierto tiempo, tus ligamentos se han inflamado no demasiado, sin embargo, es mejor que estés en reposo por unos 5 días – El para médico de nombre Emanuel le comenzó a explicarle.

Lo único que Harold pudo analizar fue una cosa, pero aún tenía la duda.

¿Y no podré ir a una fiesta el viernes? – Salió de sus labios apenas el médico cortó con sus palabras.

De preferencia no, tu pierna como estará en reposo 4 días previos, no se sentirá del todo fuerte, por lo tanto es recomendable que te quedes en tu casa en compañía de tus padres y familiares o amigos - ¿Qué haría ahora? No pensaba mandar sola a Meredith, pero Milton es su mejor amigo desde que tiene memoria, no podría faltar ahora. Es cierto, Milton comprendería, pero Él no quería faltar a la fiesta, y si lo hacía, quería enviar a alguien en su lugar. En este caso, aunque no quisiera, podría decirle a Meredith, además ella le debía muchos favores. ¿Acaso no era hora de que se le compense?

Horas después de analizar lo ocurrido, más la información que el médico del hospital Hanga Roa les dio a conocer, concluyó que no podría ir a la fiesta. Su padre había sido hospitalizado y no saldría hasta el sábado.

Lo único que pudo hacer fue llamar a Meredith para avisarle, aunque no tardó mucho cuando su prima apareció en el hospital.

Harold – Fue el primer pensamiento de esta al recibir la noticia que su padre le había dado. Sus tíos y Harold habían tenido un accidente mientras iba camino a las playas de Anakena. Se altero apenas se enteró, hizo que sus padres emprendieran un viaje a las Islas de Pascua para ver a Harold y a sus tíos.

Se encontraban ya todos en el hospital, Meredith platicando con su primo; sus padres platicando con sus tíos. Todos estaban al pendiente de qué sucedería los siguientes días.

Meredith, hay algo más que debo decirte – Harold había llegado al tema de la fiesta – Es acerca de la fiesta, no podré ir y no te quiero enviar a ti sola. Sin embargo sabes que Milton y yo somos buenos amigos desde que tengo memoria, y tú más que nadie lo sabe mejor.

Ya sé, ya sé, no me tienes que recordar nada acerca del tema – Meredith sabía a donde se dirigía su primo, era solo cosa de analizar – Cuándo y dónde me tengo que dirigir, ya sé a dónde vas mon petit cousine Harold, pero te costará caro y tú sabes eso.

Mi lenda cousine, te recuerdo que me debes demasiadas cosas. Varios helados te he comprado, demasiados libros he comprado, demasiadas cosas he hecho por vos, ¿Y ahora, así me devuelves esto? ¿Por tantas cosas que he comprado para ti, con tanto amor que he comprado todas las cosas? Que mal agradecida eres mi pequena Meredith – Harold se tocó el pecho, haciéndose el ofendido. Sabía que la mayoría de las personas a las que les hacía eso, caían en su trampa, no decían nada más y aceptaban.

Harold, yo no soy tu madre, tu padre o cualquier persona que puedes manipular con esas manías que tienes, sabes que soy idéntica a vos, por lo tanto, no caeré en tus juegos de niño ofendido – Su prima lo miró sin ninguna expresión de compasión, ella mejor que nadie lo conocía, lo que lo hacía vulnerable ante eso.

Vamos cariño, sabes cuánto te quiero, demasiado te quiero primita querida, ¿Por qué no quieres hacer solamente eso? Te prometo perdonar todas tus deudas que tienes conmigo, prometo que te daré más helado, hasta me comprometo a no volver a molestarte con nadie, te daré todo lo que quieras mi pequeña, pero ve a la fiesta de Milton, sabes que él siempre ha sido mi mejor amigo, y no puedo fallarle por nada del mundo – Harold estaba diciendo demasiadas cosas que Meredith empezó a considerar, sin embargo, no caería tan pronto. Es verdad, con lo que Harold le había propuesto era demasiadas cosas que a ella le convenía. Pero era un poco ambiciosa y esa oportunidad no la iría a desperdiciar.

OK, OK, solo para que dejes de molestarme Eduardo, acepto. – Harold comenzó a sonreír a más no poder – Sin embargo – Hizo una pausa para que a Harold se le borrara la sonrisa de estúpido – Tendrás que hacer todo lo que te ordene por el resto de tu vida.

Él ya no sabía si aceptar o no, hacer todo lo que Meredith deseaba no era buena idea, pero él deseaba estar con Milton, siempre habían estado juntos desde estaban en el preescolar, habían graduado juntos, Él había defendido a Harold de muchas personas, de muchos lugares, lo había ayudado a no reprobar matemáticas en muchas ocasiones en primaria. Pero cuando cambiaron a Milton de grado, a causa de lo inteligente que era, empezó a bajar calificación, no era el mismo desde que los separaron, aunque le costaba creerlo lo extrañaba, esas estupideces únicas de él, intentó conocer a más personas, pero casi todas le recordaban una parte de Él.

Todas las cosas iban de mal en peor, sin embargo, cuando Meredith ingresó fue su salvación. Esa pelirroja que todos los días lo ayudaba en muchas materias, en las tareas, en la mayoría de las cosas, era su heroína. Así que, ¿Qué cosas no aceptaría de esa pelirroja?

OK, Chrissy haré todo lo que tú quieras, con la condición de llamarte por tu primer nombre – Era hora de retomar su venganza, ya no le llamaría más Eduardo – Entonces Chrissy, ¿Si aceptas Chrissy?

La cara de Meredith estaba roja de la furia que tenía, Él más que nadie sabía cuánto odiaba su primer nombre.

No me llames Chrissy – Dijo antes de pegarle un puñetazo en el hombro.

¡Eso duele Meredith! – Gritó Harold mientras se sobaba la parte afectada – Que salvaje eres, estas agresiva desde hace 2 semanas, con trabajo y se te puede decir algo.

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⏰ Última actualización: Aug 01, 2016 ⏰

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