"Él"

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Harry y Lola se encontraban caminando por las calles oscuras de Nueva York, en cada esquina había una sexoservidora o alguien drogándose, parecía el lado peligroso de una ciudad "tranquila", pensó Harry.
–Lola ¿Dónde estamos? Este lugar me da miedo
–No seas chillón harry, nadie te hara daño conozco casi a todas estas personas
–¿de dónde?
–Por un novio
–¡¿otro?!
–si otro,  yo prefiero tener a alguien con quien divertirme en ves de fingir ser heterosexual y escribir artículos que nadie lee pero que todos compran.
–Eso fue un golpe bajo
–De nada. Aquí es ¿estás listo?
–no
–Genial entremos

Ambos seguían discutiendo mientras se tambaleaban al caminar, cuando entraron al establecimiento un humo extraño para Harry y conocido para Lola choco con sus narices,  dentro había un tipo muy grande en todos los sentidos, estaba detrás del mostrador haciéndole una perforación en el labio a un chico.
–Loly,  espera, termino y te atiendo... 
Dijo el hombre grande cuando los vio entrar.
–Esta bien Sam, tomate tu tiempo.
Contesto Lola.

–¿se ve muy hinchado?
Pregunto el chico a quien le perforaron el labio.
–se ve bien,  la hinchazón pasara para mañana
El chico sacó si billetera y pago al hombre y luego salió complacido.

-¿ Qué puedo hacer por ti Loly? Dijo el tal Sam, con una voz que intimidó a Harry.

-Mi amigo y yo hemos venido a tatuarnos, algo que combine, claro...

Harry asintió, pero dos segundos después la palabra tatuarnos resonó en su cabeza, el color se le fue de la cara y sus manos comenzaron a sudar frío.

- Claro le diré a Louis, sabes que el es el experto...

-¡Louis tienes trabajo! ¡Mueve ese gran trasero de una vez!

Un pequeño chico salió de la cortina trasera, aunque su tamaño no era para nada intimidante su mirada era todo lo contrario,pensó Harry, lucía temible por la cantidad de tatuajes cubriendo sus brazos, el cigarro a medio fumar entre sus dedos y su mirada fría pero lo que más llamó su atención fue la mancha color púrpura que se dibujaba alrededor de su ojo izquierdo. Y entonces Harry se preguntaba en en que problema se habrá metido el chico.

-Pasa Loly.

Lola camino emocionada hacia donde había salido el chico, y no le quedo más de otra que seguirla.
El pequeño chico había levantado la cortina para dejarla pasar pero su ceño se frunció al ver a Harry.
Y el tuvo miedo por milésima vez en la noche.
-¿Y tu quien jodidos eres?
Y el se quedo estático, que se suponía que debía decir
" Muévete enano" o algo así, claramente no, tal vez todos ahí tendrían una licencia para matar y el no estaba enterado. Aunque esa mirada podría reconocerse como una arma mortal, pensó Harry.
-Oh lo siento Louis, viene conmigo. Mencionó Lola.
El chico asintió no muy convencido y camino derecho a ella, quien ya se encontraba sentada en el asiento de cuero que se hallaba en el centro de aquella habitación.

-¿Y a este de donde lo sacaste? Es un raro.
Y Harry quiso enojarse por ese comentario, pero no pudo aunque hace unos segundos ese tal Louis le había causado miedo, ahora su voz chillona le había causado ternura.

Lola río como si hubiera dicho un gran chiste,
- No le digas así en su cara... Es sólo un viejo amigo que recién llega de Londres.
- Luce como todo un niño de mami, me causa gracia.
Y Lola volvió a reír. Y Harry tuvo que quedarse a oír como hablaban de él como si no estuviera ahí.
- Pero aquí estoy yo para convertirlo en un hombre...
Terminó Lola
Y habían pasado cuarenta minutos, los cuarenta minutos más largos en la vida de Harry, ahora Lola tenía un sol hecho con figuras irregulares  de tamaño promedio en la parte superior derecha de la espalda.

-Tu turno Hazz

Habían decidido un sol, por un dibujo de la infancia, uno que Harry había hecho y fue premiado por la maestra en 4to grado, tal vez ahora  sus alcoholizados cuerpos creían que era una magnífica idea.
Y Harry quiso ser valiente por primera vez así que se acercó decidido al asiento de cuero se sacó la camisa y se puso boca abajo, eso sorprendió a Louis, creía que el chico iba llorar o suplicar que esperará 5 min más, pero no fue así.
El ruido de la máquina comenzó a sonar y gotas de sudor bajaron por la frente de Harry.

Dios eso no podía estar pasando.

¡Mamá Tengo Novio! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora