Purgatorio

2. Arabella.

La pequeña Arabella sonríe al verme como si fuera la cosa más preciada del mundo. Se acerca a mi la pequeña corriendo de su asiento.

— ¡Reymundo! — dice proporcionando un abrazo.

— ¡Hola pequeña! — exclamo sonriendo — tu madre me llamo diciendo que estarías aquí esperándome.

— Sí, me trajo aquí porque iba a limpiar la casa.

— ¿Como que limpiar la casa? ¿Por eso te trajo?

— Sí, a veces limpia la casa con un señor y yo me quedo a fuera jugando.

— Ah! Si, si, no importa ¿Quieres ir a jugar en el pasto?

— ¡Claro!

Fuimos corriendo al pasto y rodamos y jugamos en el. Ya cuando mi poca energía se debilito tome asiento en el pasto mientras observaba a Arabella intentando atrapar a una mariposa. Miro el cielo y mis ojos lentamente se cierran, quedo en el vacío de la oscuridad un buen rato hasta percatarme tiempo después que me dormí. Abro los ojos y Arabella no está.

Me levanto agitado y asustado, perdí a Arabella, su madre me matará si no la encuentro. Me levanto a buscarla, voy del camión de helados hasta el parque donde juega los niños pero no está. Veo a un guardia y voy hacia el rápidamente.

— ¿¡Buenas tardes, señor ha visto a una niña, pelo liso negro con vestido largo por aquí!?

— uh, debe ser la niña que ví cruzando la calle hacia aquella casa.

Al quitar la mirada del guardia y al ver el dedo donde esta señalando esta la vieja casa abandonada de la ciudad, donde dicen que aparecen espectros por la gente que a muerto ahí.

Me despido del señor y camino hacia la vieja casa. Estoy temblando del miedo de lo que debe haber allí y lo que le debe estar ocurriendo a Arabella. Toco la puerta pero no abre nadie "¡Arabella!" Grito, pero nadie oye. Camino por los alrededores de la casa y mi asomo por las ventanas pero solo hay inmundicia adentro de la casa. De pronto el grito de una niña se oye dentro de la casa.

Arabella...