9. El domo de la noche.

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Actualidad

Caminaba por las frías calles con mi gran abrigo mientras veía como el viento mueve los árboles. Suenas me teléfono y contesto.

— ¿Diga?

— ¿Ryan? Es Alex.

— Ah si, hola

— ¿Recuerdas que te pregunte si eras fotógrafo?

— Si, si lo recuerdo.

— Necesito tus servicios para esta noche, ¿Puedes?

— Claro que si, estoy libre.

— Ok, te pasare buscado a las 10 PM

— ¿Porque tan... — cuelga.

Guardo mi celular en mi bolsillo y voy a clases como es común. Llega la noche y estoy solo en mi casa viendo tv, nada bueno ni nada innovador que ver nuevamente, solo cosas inservibles, suena mi teléfono y es Alex nuevamente.

— ¿Diga? — contesto.

— Voy en camino, estás listo — cuelga al finalizar la oración.

No duro mucho en vestirme y en buscar mi cámara, oigo la bocina soñar y salgo, una furgoneta de exterminadores, tiene un gran letrero al costado, Alex está en la ventanilla, me acerco a él.

— Entra en la parte de atrás. — señala.

— ¿ok?

Voy y entro, hay 2 tipos, un moreno robusto y un chico caucásico, me siento en un costado.

— ¿Y cómo te llamas? — pregunta el tipo moreno.

— Ryan ¿tú? — pregunto

— Russel y el Corey.

— Mucho gusto — dice Corey y me da la mano.

— ¿Y hacia dónde vamos? — pregunto.

— ¿No sabes a dónde enserio? — pregunta Corey con su voz chillona.

— No, solo me contrataron para fotografiar... — al decir esto se miran entre los dos y empiezan a reír.

— Alex siempre tan generoso — comenta Russel, me incomodó pero no le doy mucha importancia.

— ¿Con quién está Alex adelante? — pregunto.

— Jhonn — dicen al unísono, no pregunto otra vez quien es para no incomodarnos más, todo el trayecto fue callado, solo ellos conversaban pero no entendía sus temas y no los quería interrumpir. Siento que el auto se detiene, y pasan momentos en silencio hasta que oigo los gritos de un hombre, se abren las puertas de par en par y esta Alex.

— Ryan, acompáñame de copiloto.

— ¿ok? — voy dudoso.

Mientras estoy de espalda siento que pasa alguien y cierra las puertas de la furgoneta, debe ser Jhonn, se queda atrás y ahora sigo con Alex en la parte delantera.

— ¿A dónde vamos? — pregunto.

— Mi casa.

No volví a preguntar y seguimos en el trayecto por la ciudad, la noche era como un domo en la ciudad, cubría todo el cielo.

Llegamos al destino, la casa que está frente del parque, la casa abandonada, veo por el retrovisor y veo cómo los 3 cargan con una niña con un saco en la cabeza, me asusto, volteo a donde está Alex y me apunta con un revolver.

— Es la hora.

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