Emboscada

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Salí a la calle. La comida me había sentado bien y al fin podía pensar con claridad. Decidí caminar hacia el centro de la ciudad. Buscaría un empleo y así podría comenzar una nueva vida.
Pedí indicaciones a un hombre que se hallaba sentado en un banco y él me dio un mapa de la ciudad y me dijo donde estábamos. Comencé a dirigir mis pasos hacia el barrio comercial de la ciudad. Llovía, pero no me puse el chubasquero. Las gotas me despejaban y su golpeteo rítmico marcaba el tempo de mis pasos. Estaba a un par de manzanas del lugar al que me dirigía cuando un BMW de alta gama se subió a la acera y me cerró el camino. Me paralizó el miedo, no podía moverme, las piernas no me respondían. Dos hombres trajeados con gafas de sol y pinganillo salieron del vehículo. Comenzaron a acercarse a mi. Las piernas por fin me respondieron. Me di la vuelta y eché a correr desesperadamente. Gritaba y gritaba pidiendo ayuda pero las calles parecían estar desiertas. Miré hacia atrás. Los dos hombres me estaban siguiendo y eran más rápidos que yo. Les llevaba ventaja porque mi huía les había pillado por sorpresa pero acabarían alcanzandome y yo empezaba a cansarme. Aún así, la desesperación me empujó a seguir y continué con mi huida estoica hasta que una farola se cruzó en mi camino choqué con ella y caí de bruces al suelo. Me dolía mucho el tobillo y ya no pude levantarme. Mis perseguidores me alcanzaron y mientras uno de ellos me sujetaba, el otro me puso un pañuelo húmedo cubriendo la boca y la nariz. La oscuridad inundó y mi visión y caí en un profundo sueño.

Camino Hacia Mis RecuerdosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora