Capítulo 2: Desaparecida en Acción

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Chispas de luz bailaron delante de los párpados cerrados de Kara. Se obligó a abrirlos. Una niebla, como un fino velo blanco soplando en el viento, había oscurecido su visión. Al principio pensó que estaba en su habitación, pero cuando las imágenes se fueron despejando, se dio cuenta que estaba de pie, en un ascensor. Ella parpadeó y esperó a que las imágenes se enfocaran.

El ascensor parecía viejo, como el de un hotel en la década de 1920, con hermosos paneles de madera pulidos y pisos de mármol bronceados. Ella no se acordaba de haber entrado en un ascensor. ¿Cómo llegué aquí? Un olor a pan quemado y bolas de naftalina flotaba en el aire. Oyó un débil chisporroteo y sonidos de algo desquebrajándose y cuando miró hacia abajo se dio cuenta de que el ruido provenía de ella misma. Levantó su brazo y lo examinó. Largas columnas de humo gris emanaban de sus extremidades. Su cuerpo entero estaba humeando, como un tronco en una chimenea.

"Ajem", dijo una voz rasposa.

Kara retrocedió. Al principio, ella estaba segura de que sus ojos la estaban engañando. Pero pronto se dio cuenta de que de hecho, miraba a un gran chimpancé. Estaba sentado en una silla de madera frente a ella y se pellizcaba sus callosos pies de una manera indiferente. Se enderezó y sacudió migajas de sus verdes bermudas. Suspiró pesadamente y la miró con desprecio. El mono le parecía extrañamente familiar. Él levantó su barbilla y le hizo una cara.

"No te he visto por estos lares últimamente", dijo el chimpancé. "¿Has estado de vacaciones acaso?"

Kara parpadeó confundida. Estaba sorprendida de que el chimpancé pudiese hablar. Y se preguntó cómo era que el la recordaba. Ella hizo una cara.

"No te sorprendas, Señorita Nightingale. Nos hemos visto antes. Sólo que... te tomará unos minutos de ajuste. Luego tus recuerdos volverán. Siempre ocurre así".

"¿Mis recuerdos?" Tan pronto como ella pronunció las palabras, cientos de imágenes inundaron su mente como una enorme cascada. Pero ninguna de ellas tenía sentido. Era como ver una película en avance rápido sin el botón de pausa. Vio destellos de gente, gente guapa, alta y dominante. Imágenes de esferas brillantes volando a través de un cielo negro, como estrellas fugaces. Agitó la cabeza y vio la clara imagen de una ciudad enmarcada en un magnífico cielo azul, flotando entre nubes blancas. Imágenes de diferentes primates relampaguearon en su mente. El mal aliento, los dientes amarillos. Ella sabía que sólo un mono podía tener ese tipo de actitud. Kara de repente se dio cuenta de por qué el chimpancé tenía un comportamiento tan familiar.

Cuando el chimpancé se percató de que lohabía reconocido, sonrió complacido.

"Y nos encontramos de nuevo, Señorita Nightingale".

"Tú eres ese chimpancé número 5M51. Sí... Ahora recuerdo. Eras muy desagradable. ¿Cómo pude olvidarte...? "

"Bravo. Te tomó mucho tiempo", murmuró el chimpancé, aplaudiendo. "Estaba empezando a pensar que íbamos a estar aquí un largo rato, y que no había traído mi almuerzo. Te digo ¡los ángeles no tienen consideración por nuestro trabajo! Creen que son mejores que nosotros ¿no es así?"

Kara no lo escuchó. Estaba perdida en sus pensamientos, concentrándose en los recuerdos que se vertían sobre su cerebro. Se sintió mareada. El piso alrededor de ella se mecía ligeramente. Se recostó contra los paneles. Mientras sus recuerdos mortales se escabullían, iban siendo reemplazados por recuerdos de ángeles de la guarda. De repente, el cuerpo de Kara se agrietó y tronó. Estudió sus humeantes extremidades. "¡Esa - esa nube negra! ¡El rayo! - Me mató, al igual que la primera vez ¡cuando me mató el autobús! ¡Estoy de nuevo en Horizonte! ¡He muerto y ahora estoy de vuelta!"

El chimpancé 5M51 frunció los labios, claramente enfadado con la lenta recuperación de Kara. "Sí, sí, muy inteligente señorita. No séa quién se le ocurrió decir que los ángeles guardianes son los que tienen el cerebro". Puso los ojos en blanco. "Claramente, estaban equivocados".

Capítulo 1: Relámpagos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora