Donde Harry es Dios y Louis el Diablo... Louis siempre lo invoca cuando se masturba.
''Oh, Dios... si.''
Primero que nada, no quiero insultos o malos comentarios sobre lo que trata el Os, ya que bueno, muchas podrían sentirse ofendidas si son de religión o algo así. Si no te agrada la idea de Dios y el Diablo juntos, no lo leas xx.
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Louis se encontraba sentado sobre aquella gran cama, el tenía muy bien planeado todo lo que haría, quería hacer pecar al todo poderoso. Y como Louis era el rey del pecado, sabía como hacerlo.
Totalmente desnudo excepto por aquellas bragas blancas que adornaban su entrepierna y sus anchas caderas. Tomó aquel dildo para lubricarlo con una buena cantidad de su lubricante favorito; sabor fresa. Se posicionó en cuatro sobre las sábanas color carmín y con su mano izquierda apartó sus bragas dejando a la vista su rosada entrada la cual rozó con la punta del objeto. Bajos jadeos salían de su boca, su mejilla apoyada contra aquella almohada mientras que sus ojos se enterraban al sentir una parte del dildo en su interior. Lo movió en círculos con su mano la cual tomaba la base y comenzó con el ritmo rápido; adentrando y sacando aquel objeto mientras buscaba placer propio. Estaba listo, lo haría y tenía el presentimiento de que ésta vez funcionaría.
— Oh, Dios... Joder.
Gimió de manera fuerte el castaño. Segundos después en la habitación ya había otra persona más. El rizado se encontraba de pie en la esquina de la cama, mirándolo con las cejas fruncidas al haberse encontrado con aquella escena.
— ¿De nuevo, Louis? Es la quinta vez en ésta semana.
Se escuchó aquella voz ronca dentro de la habitación. Louis sonrió al saber que había captado su atención por lo que siguió con su trabajo, su mano se movía con un rápido ritmo, provocando que gimiera de una manera erótica ante la sensación de aquel objeto golpeando contra su próstata. Casi olvida su objetivo ya que se encontraba totalmente cegado por el placer.
Salió de su burbuja de placer cuando sintió una mano tomando la muñeca de su mano, haciéndolo parar. El dildo fue sacado de su interior lo cual provocó que sus cejas se fruncieron en confusión, al momento en que sus ojos se abrieron y vio de re-ojo, el rizado se encontraba al pie de la cama, totalmente desnudo. Su boca casi se hace agua al ver el cuerpo bien formado del rizado, el cual se había imaginado tantas veces tocándolo. Una fuerte palmada dio contra una de sus regordetas nalgas, haciéndolo soltar un chillido.
—Tendrás lo que tanto quieres pero primero te castigaré. Estuviste actuando como toda una zorra desde hace días.
Habló de nuevo el más alto, para después estampar las palmas de sus manos con fuerza en el trasero del castaño. Louis arqueó su espalda dejando a la vista su entrada, totalmente dilatada y esperando por un poco de atención. Su respiración era pesada, sus nalgas tenían marcadas las grandes manos del todo poderoso.
—Oh, Dios. Follame, estoy desesperado por sentirte. Rogó el más bajo mientras meneaba un poco su trasero para captar la atención del contrario. Su deseo se cumplió cuando sintió el húmedo glande rozando su entrada. Harry lentamente se fue introduciendo en él, metiendo la mitad de su erecto miembro para después adentrar la mitad sobrante de un sólo golpe, sacando un grito de placer se su acompañante cuando golpeó contra su próstata. Comenzó las rápidas embestidas, sabiendo que al castaño le gustaba sentir algo de dolor en el placer, siguió con su trabajo mientras que con sus grandes manos separaba las nalgas del más bajo para que su miembro entrara y saliera con total facilidad. La habitación estaba inundada con los gemidos de Louis, el sonido de sus pieles al chocar y los fuertes jadeos de Harry.
—Sigue así, estoy cerca.
Susurró Louis entre gemidos, su miembro se frotaba contra el colchón lo cual le daba una deliciosa fricción, sus paredes apretaron el miembro de su acompañante cuando sus músculos se tensaron, dando paso a un fuerte orgasmo que lo llevó a correrse entre las sábanas color carmín. Harry al sentir como Louis se apretaba, se corrió a grandes cantidades en su interior, llenándolo de aquel líquido caliente. Las embestidas pararon, el rizado salió con cuidado para tirarse sobre la cama, para después Louis hacer lo mismo a su lado.
—Te dije que no soportarías tanto sin sexo.
Mencionó Louis en un tono divertido, Harry sólo rodó sus ojos y llevó uno de sus brazos a la pequeña cintura del castaño para acercarlo a su pecho.
—Felices diez mil años, bebé.
Murmuró mientras lo acurrucaba en sus brazos. Louis le respondió lo mismo para después besarle lentamente. Y posiblemente no todos supieran acerca de su relación, pero así eran felices.