El la miraba desde lejos, su pelaje al viento formaba surcos en los pelos de su cuerpo anaranjado, que hacían que pareciese aún más hermosa de lo que ya era; Después de aproximadamente un minuto de mirar esa forma angelical, se dio cuenta de que ella le devolvía la mirada de una manera divertida, avergonzado, decidió bruscamente dejar de mirarla y concentrarse en el porqué estaba ahí, caminando tan alejado de grupo y con tanto peso a los hombros, debía cuidar las pocas y ningunas provisiones que tenía la tribu para subsistir mientras buscaban un lugar donde volver a asentarse temporalmente, y para esta tarea llevaba una rústica mochila de piel, fabricada por el mismo en uno de sus arrebatos artísticos de inspiración, aceleró el paso y alcanzó a los demás de la caravana.
Y es que así era la vida de los yordles prehistóricos, formada por comunidades de apenas suficiente organización para vivir, pero hecha con mano de hierro, lo suficientemente dura para que gnar pusiera su tarea por sobre cualquier otra cosa o interés que tuviera. El grupo de yordles siguió su largo camino hasta llegar a un pequeño arroyo nacido desde lo alto de las gélidas montañas cercanas, que estaba junto a una cascada; ya atardecía, así que gnar al alcanzar a los demás, decidió descansar unos minutos para ver como los exploradores empezaban a buscar un lugar donde todos pudieran pasar la noche, cosa que hicieron rápidamente al ver una cueva junto a la pequeña cascada cercana. Al ver que todavía quedaba algo de luz para jugar, los más jóvenes yordles fueron corriendo al arroyo a darse un baño, mientras los de la edad de gnar se dedicaban a hacer bobadas en los árboles (lanzarse cosas o corretear por la ramas sin razón aparente), como eso no le agradaba, gnar decidió dejar su carga en la cueva y subir a lo alto de la cascada a pensar.
Cuando llegó arriba del todo encontró una roca perfecta para sentarse a mirar el atardecer, y al posar su cansado cuerpo en ella y mirar al horizonte se dio cuenta de algo que siempre había sabido, solo que no quería asumir: que el no encajaba con los demás de la tribu, Porque tenía una actitud muy cambiante según la situación (pero mayormente relajada), porque las Superioridades lo presionaban mucho y por sobre todo, porque su condición distinta lo hacía alguien singular.
Según los sabios, solo una de cada 100 crías que nacían aparecía con esta condición, y aquel que la tuviera se vería obligado a proteger a su tribu con ella; esta era la capacidad de que al entrar en un estado de furia (o cualquier clase de emoción fuerte), sufriría una metamorfosis extrema, que lo convertiría en una bestia realmente poderosa por una cantidad de tiempo limitada (unas 15 veces más fuerte, grande y salvaje de lo normal que un yordle en buena condición física), aunque al finalizarla tendría grandes repercusiones corporales (como cansancio y dolor) y psicológicas (pequeñas pérdidas de memoria de manera temporal, cortos Períodos de depresión y atontamiento de los sentidos básicos de manera no permanente) en el afectado, gnar sabía esto, y por eso intentaba estar siempre calmado y relajado, ya que, lamentablemente, aún recordaba la más reciente vez en que se transformó de manera descontrolada.
No fue la primera, pero tampoco la última.
El grupo de yordles sufría un ataque de unos horribles monstruos de la jungla a los cuales ellos llamaban "krashemag", despiadadas formas de vida que gustaban de aterrorizar a cada una de sus víctimas con sus mandíbulas enormes antes de darles una muerte lenta entre sus largas garras, para luego poner parte de su cadáver como trofeo de batalla en su espinosa espalda y proceder a comerse el resto. Gnar estaba tranquilamente recolectando bayas solo, a varios metros de toda la tribu y el lugar donde se habían establecido, cuando escucho los inconfundibles gritos de los krashemag, agudos y penetrantes en la lejanía, segado por sus propios pensamientos de preocupación, empezó a correr con todas sus fuerzas, sin detenerse a reflexionar ninguna de las posibles malas cosas que podían suceder si se transformaba con los demás yordles cerca; su pelaje empezó a tomar un color rojizo y su cuerpo se preparó para la transformación. En cuanto llegó al lugar donde estaban los demás, lo que sus ojos vieron terminó de hacer el trabajo que sus pensamientos habían empezado en cuánto comenzó a correr sin control: frente a él todas las chozas del claro en que se encontraba estaban convertidas en escombros y decenas de yordles corrían desesperadamente escapando del grupo de krashemag que ya tenían insertado en las espinas de su espaldas bastantes pedazos de pieles demasiado conocidas para gnar.
La Metamorfosis fue inminente, su grito desgarrador llegó a los oídos de los terroríficos monstruos, los cuales aprovecharon de intentar matar a todo ser vivo que pudieran encontrar antes de empezar la batalla, pero por suerte, gnar no les dio tiempo abriéndose paso a través de toda la destrucción con un bestial salto hacia sus oponentes; en cuanto llegó dónde ellos se encontraban, rápidamente lanzó al más cercano que encontró hacia los árboles cercanos con un puñetazo de furia, los demás, viendo que tenían ventaja numérica, se unieron al combate contra gnar, la despiadada batalla no daba tregua a nadie, y mientras que él se defendía con todas sus fuerzas de las abominaciones, se dio cuenta que una yordle estaba parada mirando la contienda, como una estatua de piedra inmóvil en medio de todo el vórtice de destrucción y descontrol, con un gran esfuerzo logró tomarla en su puño cerrado antes de que la atacarán los krashemag y la lanzo hacia un lugar seguro.
La pelea duro horas, pero al final los pocos krashemag supervivientes a los ataques de gnar se retiraron; en cuanto todo quedó en calma, gnar sintió esa aliviadora sensación que daba la vuelta a su forma normal, antes de caer (como casi siempre después de transformarse) en un desmayo. Cuando despertó, estaba en medio de la rápidamente reconstruida cabaña de asambleas de la tribu con el gran sabio maxxa subido a una simple roca detrás de su cabeza y diciendo a los demás yordles que se encontraban allí:
-el solo intentaba salvarla, ¿no es preferible eso a una muerte entre los despiadados krashemag?
Gnar no entendió las palabras del sabio hasta que recobró algo de la visión y giro lentamente un poco la cabeza con los ojos entrecerrados, lo que vio lo impacto: la chica que había salvado de una fea muerte entre los krashemag ahora estaba sentada ahí junto a él, con parte de su brazo semicortado en un largo tajo
pareciese tener mi edad, pensó gnar.
En cuanto se dio cuenta de que el anciano seguía hablando se hizo el desmayado, cerró los ojos y escucho lo que decía el viejo para poder enterarse de la situación actual
-Él no tiene la culpa de que al salvar su vida, al caer se allá hecho ese corte en el brazo- dijo maxxa.
-¡Pero aun así es un monstruo que seguramente nos querrá asesinar algún día!- respondió una voz entre el público.
-En todos estos años... -dijo maxxa en un tono autoritario- no hemos tenido ningún inconveniente con el chico, todo lo que a hecho es protegernos y de seguro si a herido a alguien no ha sido de manera intencional, ¿No es cierto niña?.
La yordle no dijo nada, ya que como cualquier organización antigua del mundo, las mujeres no eran tomadas muy en cuenta.
-está ves lo dejaremos pasar vejete, pero la próxima ya verás- dijo otra voz desconocida.
Gnar logró escuchar un ruido de salida de gente y luego todo quedó en silencio, en cuanto pudo se levantó de su falso desmayo y vio a su alrededor, ahí estaba el anciano desapareciendo detrás de una puerta, guiando a la muchacha a una parte aledaña de la cabaña para poder sanarla.
Gnar intentó acercarse para pedir disculpas a la muchacha, pero no tuvo el valor cuando recordó que ella vio en lo que se convertía y el daño que podía hacerle.
Nota del autor: bueno, eso a sido todo por el primer capitulo, me gustaría saber la opinión de la gente para tener en cuenta si seguir con esta historia o no (además, con que solo 1 quiera que la continúe l@ respetare y seguiré subiendo XD). Gracias por Leer
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Antes Del Despertar
FanfictionUna historia que relata la vida de Gnar en la Prehistoria antes de congelarse en un glaciar y unirse a la Liga de Leyendas, Nuestro amigo vive una vida dura, pero siempre encuentra animo de alguna manera.