Amor no esperado

Mi solteria.

Ya habían pasado dos meses desde que Cesar y yo terminamos, las vacaciones estaban cerca, pero cuando recién habíamos terminado casi toda la escuela se entero, y todos me preguntaban porque, entre esas personas Max, ya que lo único que antes lo detenía a pretender algo más que mi amistad, era mi relación con Cesar, pero no sé, yo no me sentía preparada para otra relación, menos por las condiciones en las que había terminado mi ultima relación, pero Max me había dejado claras cuales eran sus intenciones conmigo, me lo dijo en la primera oportunidad que tuvo, pero respeto mi decisión de no querer una relación por el momento y desde ese día que no hablábamos bien, si me procuraba por mensajes y cosas así, pero ya no habíamos hablado en persona.

Aunque debía admitir que la confianza que el había tenido al decirme lo que sentía por mi, me hacia pensar que era realmente cierto que sus sentimientos por mi eran sinceros, y la verdad si me gustaba, y era la primera vez que lo planteaba en mi cabeza, pero a la vez me sentía muy culpable, por que desde antes de terminar con Cesar tenia dudas de que era lo que realmente sentía por el, pero ahora lo sabia, me gustaba.

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FLASH BACK

Estaba empacando una maleta con ropa para mi y mi hermano, mis papas empezaban a tener problemas bastante fuertes, y mi mama estaba absolutamente decidida a divorciarse de el, decidió mandarnos unos días fuera de la ciudad, a casa de mi tía Renata, ella vivía sola con sus 3 hijos, mis primas Gabriela, Alejandra y mi primo Máximo, me dijo que ella nos iba a alcanzar en unos días, y que era probable que nos quedáramos a vivir allá con ellos, yo solo estaba tratando de ser fuerte, mi mama no había parado de llorar desde que había tomado la decisión de mandarnos con mi tía.

-Cuida mucho a tu hermanito, tenle mucha paciencia, por favor.- Me abrazo y se soltó a llorar nuevamente, era la tercera vez que me lo decía, no porque lo fuera a olvidar, solo que esa separación, aunque fuera por unos días, era algo muy difícil para nosotros, mas para el pequeño Santiago.

-Tranquila mama, vamos a estar bien, vamos a superar esto.- Le dije queriendo sonar lo suficientemente convencida para calmar aunque sea un poco, su preocupación.

-Eso espero cariño, veras que todo estará mejor para nosotros.- Mi mama trato de sonreírme y salió, dejándome terminar de empacar.

Había sido difícil, después de una gran discusión entre mi madre y Mark mi mamá se aprovecho de que el se fuera a trabajar y empaco todo lo que teníamos, o mas bien lo más que pudo y nos llevo a casa de una amiga de ella, dijo que se había cansado de aguantar tanto, pasamos la primer noche sin dormir mi mama y yo, fue ahí donde decidió mandarnos con mi tía, "dentro de dos días" me había dicho, no podía dejar de darle vueltas a el asunto, nos íbamos a ir, tal vez para siempre, y yo tenia una vida aquí, ya iba en el primer semestre de la preparatoria, tenia a mis amigos, no quería dejar todo eso de lado, ni siquiera sabia que les diría.

En ese momento se me vino a la cabeza Cesar, el en poco tiempo se había convertido en mi mejor amigo, en mi apoyo, se había portado muy comprensivo frente a todos los problemas que yo empezaba a tener en mi casa y que se reflejaban en mi estado de animo, solo que desde hace un mes que el me gustaba, solo que el había tenido novia hasta hace medio mes, que ella lo había terminado, yo esperaba tener una oportunidad con el, pero ahora ya no sabría que podría pasar entre nosotros.

Le pedí a mi mama que me dejara ir a despedirme de mis amigos a la escuela, así que fui a la escuela un día antes de irme, ya les había avisado a algunos amigos, así que ese día llegue a la tercer hora, ellos ya le habían comentado a la maestra, la situación, que yo me iba a ir, y que solo había pasado a despedirme, por lo tanto me había dado unos minutos de su clase.