Capítulo 27 (Sin Editar)

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Will observó detenidamente la reacción de la joven frente a él y de como se volvía de pronto pálida.

Por un segundo temió que fuera a desmayar pero, logró mantener la compostura.

Sus ojos se movían con rapidez hacia ninguna dirección en especial, lo que significaba que estaba nerviosa.

Will solo deseaba que no le mintiera, que le dijera quien era realmente. No soportaría que ella lo engañara.

-Te diré la verdad -Ellie se dirigió hasta la cocina y se sentó en una de las sillas del desayunador sin esperarlo siquiera.

Will observó su contoneo de caderas y deseó tomarla en brazos en ese momento y llevarla hasta la cama.

Se obligó a si mismo a ver hacia otro lado y alejar esos pensamientos.

La chica se sentó en la silla y lo vio desafiante, directamente a los ojos. Pudo descifrar mil y un emociones en sus ojos justo en ese momento.

-¿Cómo supiste la verdad? -la pregunta de Ellie no lo sorprendió y la esperaba realmente.

No diría que fue Lori, ya que era evidente el desagrado que una sentía por la otra y no quería mas rencillas entre ambas.

-Decidí investigar sobre tu familia -mintió él -, solo para ver si lograba dar con algún pariente tuyo con vida y me enteré que Ellie Rainer tiene a sus padres con vida y que ella murió hace casi siete años.

Tomó la fotografía de la verdadera Ellie Rainer que los padres de esta le habían facilitado cuando él fue a visitarlos para ver si era todo verdad y que tenía guardada desde hacía tres días atrás, la colocó sobre la mesa de granito.

La joven la tomó con manos temblorosas y la examinó por un largo rato hasta que lo alzó a ver a los ojos y estos estaban empanados por las lágrimas.

Ellie Rainer había sido una chica morena, de cabello rizado y ojos muy oscuros. No tenía absolutamente nada en común con la castaña de piel nivea y ojos azules que tenía enfrente.

-Me llamo... Kendall Marie Littleton, según tengo entendido -la voz le salía entre cortada y Will sufrió al verla así de desanimada, pero no dijo nada porque deseaba escuchar lo que ella tenía que decir -. No te mentí acerca de que había perdido a mi familia a los seis años, pero no murieron.

Parecía reacía a seguir hablando así que está vez William sintió la necesidad de intervenir.

-¿Por qué mentiste acerca de quien eres? -se sentó en la silla que estaba junto a la de ella y notó que estaba temblando.

Quiso abrazarla para reconfortarla pero se abstuvo de hacerlo.

-Hace casi diecisiete años... yo fui... -se frotó los ojos con una mano, parecía agotada -. Dios... -susurró con frustración rompiendo en llanto finalmente -. Lo siento mucho, creí que estaría lista para hablar acerca de esto, pero no puedo.

Se levantó y corrió hasta la salida, pero Will no estaba dispuesto a dejarla ir así tan fácil; necesitaba saber con desesperación que estaba pasando con ella, que era ese secreto tan grande que tenía que no podía ni siquiera confiar en él.

-Hey, hey, hey - Will la detuvo antes de que ella siquiera llegara a mitad de camino -. Ellie, necesito que confíes en mí, estoy apostando todo por ti y creo que lo menos que merezco es la verdad. Yo siempre he sido honesto contigo, bebé. Por favor, te lo suplico, dime qué está pasando, dime quién eres.

-Lo sé, y créeme, eso me mata, mereces saber pero, yo no... -sollozó ella sin verlo a los ojos, parecía derrotada.

William la abrazó con fuerza y ella le devolvió el abrazo con la misma intensidad. Estaba temblando tanto que el joven temió que pudiese estar entrando en alguna nueva crisis.

Una Segunda OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora