Capítulo 2: Let's we forget.

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"Conscience is a man's compass."

El amor es un acto hecho de voluntad y egoísmo. No necesita comprobantes, ni devoluciones, solo basta con la intención de vivirlo. Yoongi intentaba repetirse esa sucesión de palabras de manera constante, mientras se esforzaba por indagar en lo que significa amar a alguien, al tiempo que preparaba su ropa para ir la universidad y su trabajo de medio tiempo en la empresa de su tío.

El peli-menta lidiaba con el cansancio que le ocasionaba trabajar luego de un extenso día de clases académicas. Pero valía la pena todo el esfuerzo al que sometía su salud física y mental, ya que solo de esa manera podía conservar el apartamento en el que vivía junto a su novio, y asegurar un futuro económicamente estable a su lado.

Cuando terminó de sacar los suéteres de lana de la secadora, encontró una camisa infiltrada de Jimin entre ellos. La tomó para luego sacudir las pelusillas de algodón que se encontraban esparcidas en ella, mientras recordaba que esa era la camisa en la cual había vertido té cuando se mudaron al apartamento. En lugar de ordenar lo que se encontraba en las cajas de mudanza, se quedaron todo el día con un pequeño colchón en el piso hablando sobre cualquier irrelevancia, al tiempo que el pelirrojo decidía callar la plática sin sentido de su novio castaño con sus labios.

Jimin había sido su primer amor, nunca había amado a alguien más que no fuese el chico de pelo rojizo. Yoongi solo sabía amar a Jimin, no había conocido otro tipo de amor, y en principio pensaba que eso era maravilloso de alguna manera haber nacido para amar a una sola persona, pero ahora su inexperiencia le jugaba en su contra.

Su flequillo descendía sobre su frente cuando los recuerdos de aquella noche en la Jimin llegó tarde empezaron a abordarlo. Su piel se erizaba con apenas recordar el sonido de las botas del pelirrojo esa platónica noche en la que llegó tarde, esa platónica noche en la que su corazón no estaba roto.

Yoongi nunca lo habían engañado ya que su única relación había sido Jimin. Por lo que no estaba seguro de cómo debía reaccionar ¿Acaso debía confrontar a Jimin? El peli-menta considero esa idea, pero no la encontraba apropiada ya que su cumpleaños estaba cerca, y lo único que deseaba era pasar un día tranquilo en los brazos del pelirrojo, sin fiestas y amigos, solo ellos dos sintiéndose aburridos y felices juntos.

Yoongi entró en la habitación esforzándose por no generar el más mínimo sonido. Eran alrededor de las dos de la madrugada, y la razón por la que seguía despierto además de lavar su ropa considerablemente sucia de tres semanas, era que debía terminar un trabajo sobre la competencia lingüística en Gales, que por supuesto recordó hace algunas horas que debía entregarlo mañana precisamente en su cumpleaños, y no tenía escrito ni un mísero párrafo.

Se despojó de su camisa y sus ajustados leggins negros para quedar solo en unos bóxers blancos algo traslucidos. Bostezó mientras se acostaba en la cama junto al pelirrojo que no había llegado tan tarde como el otro día, pero que llegó tarde de todas maneras, con su voz ronca susurrando cosas incoherentes, sus pupilas dilatadas, y un olor a perfume diferente al de la última vez, pero igual de repugnante.

Jimin se encontraba de espaldas a él respirando profundamente a causa de la pesadez de su sueño. Yoongi hesitó entre rodear al pelirrojo con su brazo o voltearse y recuperar el sueño que ya había perdido esa noche.

Finalmente posó su mano sobre la gruesa espalda de Jimin quien soltó un gruñido cuando sintió el tacto del peli-menta sobre su piel.

El pelirrojo se removió para zafarse del tacto de Yoongi quien frunció el ceño ante la acción de Jimin. El chico continuó en su esfuerzo de conseguir el calor de Jimin pero este insistía en alejarse.

Not Heartbroken ||Yoonmin||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora