"La vida es sueño, y vivir es despertar"
Pero Yoongi no volvió a despertar.
Jimin había llegado temprano, y sin embargo, era demasiado tarde. Cuando el pelirrojo entró a la habitación, encontró el fino rostro de Yoongi más pálido de lo normal y sin rasgo de emanar un pequeño destello de vida. Yoongi vivía el sueño, uno en el que solo él podría estar, donde nadie sería capaz de tocarlo otra vez, donde Jimin no volvería a tocarlo.
Había demasiada paz en el rostro de Yoongi,
y sobre todo en su corazón.
El corazón de Yoongi era paz, y eso era el universo.
Por otra parte, Jimin se encontraba en un silencioso estado de shock. Sentía como si todo pasara y no pasara al mismo tiempo. Era tan irreal. Yoongi no podía haber dejado de respirar, no podía, eso no podía pasar. Pero pasaba, y era tan doloroso, confuso que le tomo unos cuantos minutos al pelirrojo para reaccionar y poder llamar a emergencias.
Jimin colgó luego de que le informaran que llegarían en unos minutos, y se sentó frente a Yoongi, observando el frasco de pastillas a su lado, las sabanas cubriendo suavemente sus curvas, sus pestañas colgando en sus mejillas, y las cicatrices en su cuerpo que jamás tendrán la oportunidad de sanar. Pero Jimin, seguía sin reaccionar, no sentía nada, desearía poder estar llorando en este momento y cargar el cuerpo de Yoongi. Y, en lugar de eso está como un espectador, observando una escena que no logra procesar, que no le pertenece.
Jimin se siente incapaz de sentir, esta sobrio, y no puede sentir.
Solo puede escuchar un latido ensordecedor haciendo eco en su cabeza.
El corazón de Yoongi continúo latiendo, aun después de morir, sus piezas vibraban buscándose con la esperanza de volver unirse.
Pasaban los minutos, pero Jimin no pasaba, continuaba en un constante estado de aterradora calma, que casi lo hacía sentir desconcertantemente embriagado.
Jimin pensaba que tal vez debería beber un trago, sin embargo, esa idea fue interrumpida cuando las bocinas irrumpieron el silencio que había en el pelirrojo. Ese aterrador silencio, acompañado de las sinfonías que creaba ese latido imaginario en su mente. Eso era todo lo que se encontraba dentro de Jimin: silencio, incertidumbre, y aquel ritmo cardiaco que no le permitía escuchar sus pensamientos.
Todo, menos tristeza, o una pisca de culpabilidad.
Y, eso era lo peor, Jimin sabía que debería estar llorando o darse golpes en el pecho, pero en cambio, no siente absolutamente nada.
Jimin destruyó a Yoongi, pero no sentía nada.
[...]
El día del funeral de Yoongi había llegado, y Jimin permanecía tan inmutable como la primera y última vez que llego temprano. No había derramado ni una sola lagrima, y tampoco sentía la urgencia de hacerlo. Pero, para su suerte había pescado una alergia ese día, haciéndolo lucir como si hubiese llorado por unas cuantas horas (aunque no era así).
Había demasiados rostros que no podía reconocer, no tenía la menor idea de que el peli-menta tuviese tanta gente que lo amaba. Jimin no sabía. Jimin pensaba que él era el único que tenía el derecho de amarlo.
Porque Jimin amó a Yoongi, pero no estaba triste, no sentía dolor, no sentía.
-Jimin - Musitó una señora mayor colgándose del hombro del pelirrojo, quien resultó ser la madre de Yoongi con aspecto tétrico que bordaba en la melancolía.
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Not Heartbroken ||Yoonmin||
FanfictionDonde Jimin tiene alcoholismo y engaña todas las noches a Yoongi. El peli-menta lo sabe pero no dice nada al respecto, excusando al chico por su adicción, y se queda despierto cada noche esperando al pelirrojo para decirle "Buenas noches, Jiminie"...