Capitulo 38

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Sabrina

- Alfonso antes de empezar las preguntas. Puedo preguntarte algo?
- Claro.
- Quien os llamó? A ninguno de nosotros nos dió tiempo a coger el móvil.
- La llamada era anónima. Por la voz, parecía ser un hombre. Ahora que lo recuerdo... Llegó a la comisaría esta carta para ti. Es anónima.
- Cual?- Pregunté muy curiosa. Alfonso sacó la carta de su bolsillo y me la entregó. La abrí y la leí.
"Para Sabrina:
Hija siento mucho como te traté. Tenía muchos problemas y la única manera de alejarme de ellos, era deshaogarme con vosotras.- Ya está. No me hizo falta leer más para saber quién fue el anónimo.- Me metí en muchos lío que no podía solucionar. Tomaba alcohol pensando que mis problemas desaparecerían por arte de magia, pero solo logré crear muchos otros. Me equivoqué y de verdad que lo siento. Fui un cobarde por no enfrentarme a mis problemas, me refiero a vosotras. Lo único que logré con eso fue alejar a mi familia de mi.- En mi mente surgieron tantos recuerdos que comencé a llorar.- Se que siempre has pensado que te abandoné, pero te equivocas. He estado observando cada paso que dabas desde la distancia. Te has convertido en una chica fuerte y valiente. Estoy muy orgulloso de ti. Se que tu madre también lo está desde dónde te vea. "Se siempre tú, que nadie podrá cambiarte". Escuché tantas veces esa frase que la memoricé. Ya que por mi culpa ella no puede decirtelo, yo lo hago. Espero que algún día puedas perdonarme mi princesita."- Realmente, estaba arrepentido. En mi vida imaginé que mi padre me pediría perdón.
- Papa...- Susurré.
- Que?
- Nada.- Entónces... mi padre nunca me abandono? Mi padre se preocupaba por mi, por eso llamó a la policía. Y si llamó a la policía anónimamente, sería porque se escondía de ella. Al fin y al cabo, de un modo u otro, se arrepintió de lo que hizo. Supongo que no tengo porqué guardar tanto rencor.
- Bien... te parece si comenzamos con las preguntas?- Asentí.- De que conocías a Michael?
- Yo era pequeña. Mi padre y el hicieron un trato, pero mi padre lo incumplió. Michael se cobró la deuda matando a mi madre.
- Eso no explica el porqué lo conoces.
- Bueno, como dije antes, mi padre no cumplió con su parte del trato. Al desaparecer del mapa, Michael comenzó a seguirme. Durante años, a estado detrás de mi. Una vez me cogió. Yo escapé.
- Y tu padre?
- Muerto. Michael me lo dijo.- mentí agachando la cabeza. Si le decía que estaba muerto dejarían de buscarlo. El me ayudó. Por que no hacer yo lo mismo por el? Al fin y al cabo era mi padre.
- Que quería Michael de ti?
- Un contacto que mi padre nunca llegó a darle.
- De quien es ese contacto?
- Por lo que Michael dijo, es de el jefe de una banda que esta dispuesto a pagar millones, a cambio de droga.
- Sabrina, tienes ese contacto?- me lo saqué de la manga y le entregué la foto, junto con el contacto.
- Me devolverás la foto? Tiene un significado muy importante para mi.- dije con tristeza.
- Claro.- apuntó el contacto en un papel a parte y me la entregó.- gracias por tu colaboración Sabrina. En cuando a los líos en los que te has metido años atrás. Te los perdono.
- Y eso porque?- pregunté extrañada e ilusionada.
- Has ayudado a la policía. Además. Entre rejas. Tu serías un caramelito.- rió.
- Un placer haber podido hablar con usted.- dije dispuesta a marcharme.
- Sabrina...- me detuve y giré.- te he dicho la buena noticia. Ahora toca la mala.- dijo con seriedad.- a mi me duele tanto como a ti. Te lo aseguro.
- Que ha pasado? Me estas poniendo nerviosa.- dije preocupada.
- Siéntate.- me indicó con la mano. Yo obedecí. Me entregó una hoja de papel que tenía algo escrito.- La escribió Leonardo Antonell... para ti. Confusa, comencé la lectura.
" Sabrina. Como te dije una vez. Cuando te vi en la calle, pude verme a mi cuando era como tú. Desde el primer momento en el que te presentaste frente a mi, a través de tus ojos, pude ver un corazón fuerte, sano, valiente, bondadoso y sobre todo generoso. Por desgracia mi corazón está muriendo. He de confesarte, que además de ir a ese instituto a ayudar... sobre todo fui a hablar contigo. Quería estar seguro de lo que quería hacer, antes de arrepentirme. Sin darte cuenta resolviste mi duda.- en ese momento recordé la conversación que tuvimos. "Imaginate que tienes mucho dinero, tanto que no sabes que hacer con el. Que haces con ese dinero? Ves a una niña que no tiene padres, ni dinero para pagarse los estudios, ni techo, ni comida... dime. Que harias?... Pues ayudarla... De eso estoy muy seguro."- como tambien te dije, necesito a alguien que ocupe mi trono cuando muera. Eso ya ha sucedido.- me quedé de piedra. No me lo podía creer. Miré a Alfonso, este me indicó que continuara.- Le pedí a Alfonso que te diera esta carta junto con la herencia que te corresponde. Te estoy muy agradecido.- estaba aguantando las ganas de llorar. Como se atrevía a escribir esta carta?- Se que cuidaras mi imperio. Al fin y al cabo, eres igual que yo.- no pude aguantar mas y tuve que dejar salir las lagrimas.- Estoy seguro que he hecho una buena elección. Se que no me defraudarás. No te pongas triste. Esto no es una despedida. Firmado: Leonardo Antonell."- doblé la hoja de papel y llorando se la entregué a Alfonso.
- Quédatela. La escribió para ti.- dijo comprensivo. Aun de piedra y con lagrimas en los ojos, me la guardé en el bolsillo.- se que no tengo porque decirlo ahora. Pero el me lo pidió. Si firmas aquí, recibirás su herencia al cumplir lo dieciocho años, mas la ayuda que recibas ahora, hasta entonces. Quieres firmar?- me lo pensé durante barios segundo, al final decidí firmar.
- Porque ha... muerto?- pregunté con un nudo en la garganta, mientras firmaba.
- Enfermedad del corazon.- terminé de firmar. Le entregué el bolígrafo y el documento.- obtendrás mil, cada mes. Estas de acuerdo?
- Si, claro.- dije casi en un susurro. - Ya puedo irme?- Alfonso asintió. Vi que Rowan estaba con sus padres. Esperé desde lejos a que terminara. Cuando ella se fijó en mi, vino corriendo hacia mi.
- Que te pasa? Estas llorando?- preguntó preocupada.
- Leonardo ha muerto.- rompí en llanto. La abracé muy fuerte.
- Sabrina, lo siento mucho.- me correspondió el abrazo.
- Menos mal que te tengo a ti.- suspiré. Ella se separó de mi, y me miró seria - Que pasa?
- Sabrina... empezamos a grabar la película dentro de una semana. Mañana tengo que irme.
- Que?!- dije alarmada.
- Le dije al director que si podía llevar a alguien mas y se negó!
- Y que voy ha hacer sin ti? Eres la persona mas importante para mi.
- Tu tambien eres la persona mas importante para mi. Y nunca me cansaré de repetirlo. Hablaremos todos los dias. Te quedaras en mi casa, junto con el servicio. Iras al instituto. Además, no te quedaras sola. Peyton se quedará contigo, ya que ha decidido no hacer la pelicula por motivos que ya te explicará. Corey también va a hacer la película, asique se vendrá en el avion con nosotros.- se sonrojo. Me rendí.
- Esta bien. Solo seran barios meses no?.- me fijé en su sonrojado. - Te has sonrojado.- dije con una risa burlona, mientras le tocaba uno de los mofletes con el dedo indice.
- Yo? No!- se giró para evitar mi risa burlona. Ya me puse seria.
- Te gusta Corey?
- Aun no lo sé. No he olvidado aún a Nic. No le he visto ningún defecto a Corey, la verdad. Aun tenemos que conocernos mejor. Supongo que este viaje será la oportunidad perfecta no?
- Claro.- le sonreí.
- Ahora ya está todo solucionado?
- Por fin soy libre!- le estiré los brazos para que me volviera a abrazar. Y eso hizo.
- Te quiero mucho Sabrina.- me dijo sincera, mientras me abrazaba con fuerza. Me lo tomé como una despedida.
- Te echaré de menos princesita...

Tu de Hollywood. Yo de las calles. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora