Capitulo 8

538 33 0
                                    

Rowan
Mi vida siempre ha sido perfecta.
Mis padres me quieren. A su manera, pero me quieren. Tengo dinero, soy famosa, tengo a fans que me adoran. Lo único en lo que no he tenido suerte es en la amistad. Nunca he tenido amigos, salvo Laura. Nos hemos criado juntas. Siempre hemos compartido todo. Creía que teníamos la amistad perfecta. Laura era mi mejor amiga, ella era como una hermana para mi y me traicionó, ella y Tim.
Ahora me he dado cuenta que lo único que ellos querían de mi era conveniencia. Solo querían mi dinero y mi fama. Sabían quien soy. Sin embargo... Sabrina no.
- Puedo hacerte una pregunta?- Asentí.- Le has dicho a tu madre que saliste de allí porque estabas agobiada. Se porque estabas agobiada. Pero no se que es lo que hacías allí así vestida.
Aun no quería decirle quién era. Quería conocerla. Quería que me conociera y tener una amiga de verdad aunque solo fuera por un día. O por lo menos hasta que firmara el contrato de la película ya que después tendría que viajar bastante lejos y no podría verla.
Y aquí estaba. Porque tenía que preguntar algo así? Que le costaba preguntar por mi color favorito?
- Pues... Estaba en el parque en el que me encontraste mmm... pidiendo autógrafos!- Dije lo primero que se me vino a la cabeza.- Cuando vi a mi novio engañarme con mi mejor amiga. Y para no llorar delante de toda esa gente, los famosos, las cámaras... Pues salí corriendo y fue cuando te conocí.- Dije indiferente. Bueno tampoco tube que inventar tanto. Al fin y al cabo esa era la verdad, aunque un poco maquillada.
Sabrina puso una cara de comprensión mientras acariciaba mi brazo.
- Te ha dolido... Es como si te hubiesen abandonado?
- Si...
- Se lo que se siente cuando te abandonan.- Dijo triste mirando al suelo.
- Perdona que te pregunte. Tus padres te abandonaron?- Ella miró al suelo triste. Supongo que no quería hablar del tema.
- Lo siento. No tendría que haberlo preguntado.
- No te preocupes. Y en cuanto a lo de antes... Hay muchos peces en el mar dispuestos a conocer a una gran persona como tú. Estoy segura.- Me dijo con una sonrisa. Me hizo sentir muy bien. Sentía mucha confianza a su lado, en su "casa" de tan solo tres pareces y medio techo. Estaba agusto. Por fin alguien escuchaba mis problemas sin pedir nada a cambio. Ahora sabía la diferencia entre la clase de personas que eran Laura y Tim, y la clase de persona que era Sabrina.
- Y tu? Que tienes porai?- Le sonreí. Ella río suave.
- A nadie.- Apartó su mano de mi brazo el cual aún estaba acariciando. Abrazó sus piernas.- Quién se fijaría en una tía como yo? No tengo dinero, ni casa y mucho menos una familia.- Intentó hacer una sonrisa forzada, pero al mencionar a su familia solo intentó no soltar una lágrima. Yo deje de preguntar e instintivamente la abracé. No se que pudo haberle pasado en el pasado a su familia, a su casa, a su ropa, a sus zapatillas rotas y desgastadas. Solo sabía que por fin había alguien en el mundo que no miraba a mi monedero, sino a mis sentimientos. Una persona que compartía sus sentimientos conmigo. Podría llamarse amiga? Una persona así no se merecía que le ocultase nada. Aunque sinceramente, aún no sabía si ella realmente me había reconocido. Cuando nos conocimos me hizo entender que ella sabía que somos muy diferentes en cuanto al dinero y demás. Pero tampoco es que me haya pedido un autógrafo ni nada por el estilo. Tenía que salir de dudas.
- Sabrina. Tu sabes quién soy o de dónde vengo?
- No exactamente. Sé que no eres como yo.
- Como tú en que sentido?
- No sé. Tu... mírate.- Me señaló, después se señaló ella.- Mírame.- No la entendía muy bien. No sabía si se refería exactamente al físico.
- Puedes ir al grano?
- Que se nota a kilómetros que tienes pasta. Vamos que si yo fuese un tío buscando a alguien a quien tirar del bolso, serias tu. Pero no. No se quien eres.- rió.
- Bueno pues yo soy Rowan Blanchard la fam...- Fui interrumpida por la oscuridad, ya que la ventana que iluminaba la casa de Sabrina se apagó. Desde pequeña siempre he temido a la oscuridad. Me hace sentir que estoy sola. Enseguida me abracé a Sabrina. Ella extrañada me colocó su brazo por encima de mis hombros en señal de protección.
- Rony! Vamos que te cuesta tenerla encendida un rato más?- Dijo Sabrina. Las voces resonaban por todo el oscuro callejón. Cosa que asustaba, y mucho. No sé cómo Sabrina podía vivir en un sítio así. Digo, ya que vivía en la calle, que le costaba irse a un sítio más iluminado?
- Dinero Sabri, me cuesta dinero. A dormir que ya es tarde!- contestó ese tal Rony. Sabrina con una mueca se giró hacia mi.
- Bueno pues ya seguiremos con la charla mañana. Imagino que a estas horas te quedarás a dormir.- Supuso mientras me entregaba una manta sucia y un cojín descosido. Los tomé. Nos tumbamos en el duro, frío y sucio suelo.
- Hasta mañana princesita.- Se despidió sonriente. Suponía que lo de princesita iba por el vestido.
- Hasta mañana... Amiga.

Tu de Hollywood. Yo de las calles. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora